Volver a empezar...
No tengo claro por que este mes se relaciona tanto con el inicio de algo, entiendo que todos intentemos hacer propósitos para esa falsa barrera de nueva vida que nos hemos puesto el 31 de diciembre, pero no entiendo lo que pasa en este mes.
Son cantidad las fiestas que quedan en este mes, relacionadas sobre todo con la vendimia, la despedida del verano y el recibimiento del frío. ¿Pero qué tiene que ver el final del verano con empezar algo nuevo?
¿Por qué tenemos esa necesidad de empezar?, ¿por qué tenemos que buscar unas fechas fijas para forzarnos a nosotros mismos?.
Llegan los anuncios de la tele, mochilas para los enanos y fascículos para los grandes. Ellos tienen que empezar el cole y pretenden que los demás saquemos nuestras creatividades al sol, o a la falta de sol.
Debe ser que en verano nos abandonamos totalmente, dejamos nuestros talentos de vacaciones, cerrados en el armario hasta septiembre. Y digo que debe ser, por que por estas fechas vuelven todos los cursillos de inglés, de pintura, de maquetas de barcos, de lo que quieras y todavía incluso alguno que jamás te hubieses imaginado que pudiera existir.
Esta claro que se debe revolver algo por dentro de nosotros, el final del sol, los buenos ratos pasados en verano y la cercanía del próximo encierro nos hacen preguntarnos si nosotros también debemos empezar algo. ¿Será que buscamos volver a la infancia pintando óleos o pegando palillos?.
El impulso creativo es una combinación entre lo que nos viene de dentro y la capacidad que tenemos para aprender cómo realizarla.
Sí tenemos algún impulso de este tipo es mejor ponerlo en marcha y parace que este es el momento propicio, así como el 1 de enero debe ser el Día Mundial para dejar de fumar, septiembre es el mes para sacar tu creatividad a la luz.
Por lo visto todos tenemos algún talento, unos más ocultos que otros, eso es verdad, pero todos poseemos un impulso creativo que nos ayuda a ver la vida de un color diferente, desde pintar un cuadro, a preparar un exquisito plato o educar a un niño, para todo hay que tener talento.
Lo difícil es identificar cuál es el tuyo, sí lo quieres o necesitas desarrollar. El más difícil y mejor de todo ellos es el talento del Arte de Vivir, habrá que llegar a un acuerdo entre lo que deseamos ser y lo que somos, por lo menos para no tener una mala relación contigo mismo.
Sí consigo desarrollar mi Arte de Vivir me daré por más que satisfecha, igual que vosotros...no?
Un beso.