miércoles, abril 27, 2005

Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto...

Tú eres una excepción, solo hemos sabido de tu existencia al conocer tu muerte.

Lo que ha hecho que este mundo te conozca ha sido el final de tu vida, no transcenderá ninguna noticia más sobre ti, fíjate que no conozco ni tu apellido, basta con tu nombre para que se extremezcan las entrañas.

Amina, ha habido y por desgracia seguirá habiendo muchas como tú. Algunas han tenido la suerte de contar con el apoyo de popular, de gobiernos, de asociaciones como Amnistía Internacional, pero en tu caso todos llegamos tarde.

Tú te habías quedado sola, tu marido abandono tu país, Afganistán, cinco años atrás. Cuando regresó supo que tú mantenías relaciones íntimas con un vecino. Tu marido te denunció basándose en esas leyes islámicas, que no aparecen en el Corán, la Sharia, algo que debería estar desterrado de este mundo, pero que él y tu pueblo aprovechó.

Lo normal hubiese sido que te juzgasen, que alguien te defendiese a ti, que el Gobierno confirme tu sentencia, pero entonces el mundo hubiese sabido de ti en vida, quizá con el apoyo de todos no hubieses tenido este final.

Por si acaso, tu marido y tu tribunal ejecutaron tu sentencia 48 horas después de aquel teatro, nadie supo de ti hasta acabada la comedia. Tu marido tiró la primera piedra, y los demás continuaron hasta que bajo el telón.

Parece increíble que en el siglo XXI sigan ocurriendo estos crímenes, en países occidentales los llevan a cabo basándose en una falsa justicia y unas leyes establecidas por homicidas, en tu país se basan en el uso del Sharia, intepretando las leyes a su antojo, quedándose estancados en la Edad Media o más allá aún. No sé cual de los dos casos me parece más sangrante, al menos debo creer que en Occidente nos amparamos todos a tener un juicio justo.

El tuyo no pudo ser justo en ningún caso, no me cabe en la cabeza que se pueda juzgar a alguien por mantener relaciones íntimas con otra persona que no sea tu esposo, reflexionar sobre un tema como este no tiene ningún sentido, soy incapaz de entender a las personas que pueden cometer semajante asesinato.

No deberíamos perder ni un minuto de nuestras vidas en gente como ellos, pero mientras existan Aminas tendremos que poner el grito en el cielo hasta que nos escuchen, y esos países occidentales que mantienen a los gobernantes capaces de apoyar o obviar estos hechos acaben con todo esto.

Amina, no tuviste suerte, naciste en el sitio equivocado para ser mujer, no hiciste nada para merecer este fin y nosotros seguimos con nuestra vida y tampoco hacemos mucho para que no existan más Aminas como tú.

Este mundo está cada día más lleno de mierda, y para las mujeres, cómo siempre la mierda es mayor aún.

Amina, mi más sincero grito de dolor, desde dentro, por tí y por todas...

Un beso.

1 Sonrisas:

Blogger Toperro dijo...

El problema es que cada día morirán a puñados mujeres, niñas, etcétera y quedarán para siempre en el anonimato tanto sus causas como todo lo que les rodea.

En el mundo de la globalización de la información hay cosas que nunca cambian, solo se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena, es decir, cuando VENDE.

DEP ella y todas las demás víctimas...

27/4/05 17:31  

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