Volver a vivir...
He encontrado un pequeño texto de Neruda que me ha hecho pensar en algunas cosas que provocan mi pequeña muerte de cada día, la pequeña muerte de todos.
Dándole la razón a la mayoría de sus palabras me resulta difícil encontrar alguna solución a alguna de ellas, supongo que eso nos pasa a todos.
Os dejo el texto, y vosotros sabréis si os toca o no...
Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.
De todo esto hay cosas que ya eran mías. Hay otras que puedo y debo cambiar.Y hay algunas que no puedo cambiar.
Lo que ya era mío...
No me importa la marca,la cambio según me convenga; arriesgo siempre con los colores y hace mucho tiempo que aprendí a hablar con el que no conoces y escucharle.
De la televisión poco tengo que decir, no es mi gurú seguro.
Siempre he preferido el blanco al negro; adoro los remolinos de emociones, de hecho diría que son el motor de mi vida; mis ojos siguen brillando, sí tienes que fijarte, pero siguen brillando, a pesar de la caída de alguna lágrima física no emocional mis bostezos llevan sonrisa, y quién lo duda, me encantan los tropiezos...
Viajo todo lo que puedo, o mejor dicho todo lo que mi dinero me permite, qué no es mucho, pero tampoco está mal; intento leer todo lo que puedo, lo consigo dentro de unos mínimos, y por supuesto la música acompaña mi vida, qué sería de mí sin una buena melodía para mis momentos; me cuesta, pero alguna gracia me sigo encontrando...
Preguntar pregunto, vaya que sí pregunto, no me guardo ni una; y por supuesto que respondo, hasta más de la cuenta también...
Lo que puedo y debo cambiar...
Evitar las pasiones, es cierto las evito, o por lo menos no pongo todo de mi parte para que la pasión viva en mí. Siempre ha sido mi idea vivir todo lo que me encuentre delante sin miedo, pero últimamente, sólo dejo la vida pasar y no pienso seguir haciéndolo...Voy a VIVIR...
Voltear la mesa, esta mesa que me está aplastando cada día, que siento la llegada del lunes como si fuese una losa de piedra que me cae encima. Me queda poco, no sé sí iré en busca de mi sueño, pero sé que no me quedaré como estoy...
No creo que destruya mi amor propio, la verdad es que lo tengo siempre subiendo y bajando, pero no lo destruyo; eso sí nunca me he dejado ayudar, nunca he pedido ayuda para levantar mi cabeza, y esto sí tendré que hacerlo y admitir que necesito de los demás...
Lo que no puedo cambiar...
Todos los días hago el mismo itinerario, salgo de casa hacia la guardería, voy al trabajo, vuelvo a la guardería, voy a casa y volvemos a empezar; y por supuesto tengo que hacer la compra los sábados por la tarde. ¿Pero quién puede cambiar eso?...
¿Y tú, mueres o vives cada día?
Un beso.
Dándole la razón a la mayoría de sus palabras me resulta difícil encontrar alguna solución a alguna de ellas, supongo que eso nos pasa a todos.
Os dejo el texto, y vosotros sabréis si os toca o no...
Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.
De todo esto hay cosas que ya eran mías. Hay otras que puedo y debo cambiar.Y hay algunas que no puedo cambiar.
Lo que ya era mío...
No me importa la marca,la cambio según me convenga; arriesgo siempre con los colores y hace mucho tiempo que aprendí a hablar con el que no conoces y escucharle.
De la televisión poco tengo que decir, no es mi gurú seguro.
Siempre he preferido el blanco al negro; adoro los remolinos de emociones, de hecho diría que son el motor de mi vida; mis ojos siguen brillando, sí tienes que fijarte, pero siguen brillando, a pesar de la caída de alguna lágrima física no emocional mis bostezos llevan sonrisa, y quién lo duda, me encantan los tropiezos...
Viajo todo lo que puedo, o mejor dicho todo lo que mi dinero me permite, qué no es mucho, pero tampoco está mal; intento leer todo lo que puedo, lo consigo dentro de unos mínimos, y por supuesto la música acompaña mi vida, qué sería de mí sin una buena melodía para mis momentos; me cuesta, pero alguna gracia me sigo encontrando...
Preguntar pregunto, vaya que sí pregunto, no me guardo ni una; y por supuesto que respondo, hasta más de la cuenta también...
Lo que puedo y debo cambiar...
Evitar las pasiones, es cierto las evito, o por lo menos no pongo todo de mi parte para que la pasión viva en mí. Siempre ha sido mi idea vivir todo lo que me encuentre delante sin miedo, pero últimamente, sólo dejo la vida pasar y no pienso seguir haciéndolo...Voy a VIVIR...
Voltear la mesa, esta mesa que me está aplastando cada día, que siento la llegada del lunes como si fuese una losa de piedra que me cae encima. Me queda poco, no sé sí iré en busca de mi sueño, pero sé que no me quedaré como estoy...
No creo que destruya mi amor propio, la verdad es que lo tengo siempre subiendo y bajando, pero no lo destruyo; eso sí nunca me he dejado ayudar, nunca he pedido ayuda para levantar mi cabeza, y esto sí tendré que hacerlo y admitir que necesito de los demás...
Lo que no puedo cambiar...
Todos los días hago el mismo itinerario, salgo de casa hacia la guardería, voy al trabajo, vuelvo a la guardería, voy a casa y volvemos a empezar; y por supuesto tengo que hacer la compra los sábados por la tarde. ¿Pero quién puede cambiar eso?...
¿Y tú, mueres o vives cada día?
Un beso.
1 Sonrisas:
Muy bonito y cierto lo de Neruda, sobre tu pregunta del final la respuesta está clara: De momento muero...
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