martes, abril 19, 2005

Tengo dos soles...

Sí tengo dos soles, tan grandes que me ponen luz en esta vida cada día.
Esta sensación la podéis entender todos, todos tenemos a alguien que nos da luz y alegría para vivir, pero cuando vuestros soles sean vuestros hijos sentiréis que esa luz no se va a acabar nunca, es una sensación de plenitud que nadie te puede quitar.

Mis hijas son parecidas y la vez guardan grandes diferencias entre ellas. Imagino que sus semejanzas además de genéticas vengan dadas por el aprendizaje y la educación, y sus diferencias sean genéticas solamente.

Mi hija mayor A. físicamente se asemeja a mí,los genes paternos le dieron un pelo rubio oscuro para diferenciarnos un poco, pero su personalidad es paterna totalmente. Es tímida y reservada como Q., tiende a esconderse de la gente en la primera ocasión, luego ya establece contacto. Es tranquila, le encanta leer, bueno mejor dicho que le lean, y es super aficionada a los Simpson y hasta hace poco a Futurama.
También como Q. es escogida en la mesa, no le gusta probar cosas nuevas, aunque ahí tenemos la gran suerte de la guardería, como de todo, ya iba yo a comer coliflor con besamel, ni de loca.

Algunos detalles está aprendiendo de mí, y claro no son los mejores que tengo, pero bueno, iremos puliéndonos juntas. Tiene la maravillosa costumbre de aprender todas mis coletillas, ahora cada dos por tres me dice: "Mamá me escuchas, te estoy hablando", así no hay quien se escape, esto con tres añitos, qué será de mí cuando crezca.

Tiene una exagerada coquetería, y más para su edad, eso seguro que no lo ha heredado de ninguno de nosotros, no es que yo sea una dejada pero no es una de mis características ser presumida. Puede que le venga de su abuelo paterno, con 80 años sigue mirándose al espejo a ver si todo está bien puesto, y por supuesto espera que alguien le diga lo guapo que está...

La pequeña de la familia es todo lo contrario.M. es más parecida a mí, no físicamente, pues tiene los ojos claros, obviamente sí que es rubia, y tiene una sonrisa de pilla que es imposible que no se te caiga la baba.

Es un puro torbellino, siendo bebé los cuidadoras de la guardería estaban encantadas, no se movía de la silla, ahora no tienen suficiente energía para perseguirla. Todo lo que está a su alcance corre peligro, y lo que no lo está hace que ella corra peligro, no hay nada que la pare o le suponga temor.

Al contrario de A., M. se va con cualquiera, basta que la mires y te responde con una sonrisa y lo mismo que yo, confía en todo el mundo y tiene una exigencia al máximo para todos, lo que quiere lo quiere ya.

La pequeña intenta hacer todo lo que hace la mayor, así que irá aprendiendo de ella. Y la mayor al ver a la pequeña irrumpiendo en escena se ve obligada a espabilar y todo eso la está transformando en alguien más abierto y no teme tanto su sonrisa.

Estos dos soles me ponen las pilas todas las mañanas y hacen que mis noches acaben con una sonrisa en la boca.

Ojalá todos podáis disfrutar de algo así.

Un beso.

1 Sonrisas:

Blogger Toperro dijo...

Pues sí. Aunque no quiero hacer comparaciones gratuitas, mi perro aporta eso a mi vida, supongo (me encantaría) que en el futuro serán los niños/as los que llenen ese hueco.

Vaya dos fierecitas tienes por hijas...vas a tener que pelear mucho durante años jajaja

20/4/05 16:05  

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