¿Y yo me puedo quejar...?
A veces te da miedo leer el periódico, sabes que algo te va a estremecer, leía un artículo del New York Times, no tranquilos, no me he vuelto tan excéntrica, es un simple suplemento de díez páginas o así que viene con El País, o sea en castellano, para entenderlo todos.
No sé si será la primavera, la época de mi vida o yo misma, como casi siempre, pero según iba leyendo más ganas me entraban de llorar, si llega a ser un poco más largo el artículo dejo el periódico empapado.
Y no es eso malo, por lo menos yo no veo nada extraño en que me conmuevan las penosas situaciones de otras mujeres en este mundo, lo malo es que no tenía muy claro si lloraba por ellas o por mí. Por ser capaz de quejarme tanto de mi situación sin apreciar todo lo que tengo.
El artículo describía diferentes dificultades que se encuentran las mujeres en el mundo laboral. Las diferencias entre el mundo occidental, adaptándose al mundo femenino y el mundo oriental, intentando sobrevivir.
Describen como realizan un curso de formación para criadas, en Sri Lanka, preparándose para ir a trabajar a Oriente Próximo. Cúal será su realidad en su propio país para que se lancen a esa aventura, dónde saben casi con plena certeza que pueden ser maltratadas por sus empleadores, aún siendo unas estupendas trabajadoras.
Con una simple frase se lo explica Lalita, comentándolas como deben limpiar una batidora eléctrica: "Si huele, la "mamá" se enfadará y os pegará". "Ahí lo habéis hecho mal, entonces es cuando la mamá os golpea y os quema, cuando hacéis algo mal".
Viendo estás situaciones, ¿cómo puedo quejarme de mi trabajo?, ¿cómo puede pasar por mi cabeza que mi condiciones de trabajo son malísimas, si mientras estoy en el estoy escribiendo en este blog, y hay mujeres en este mundo que están aprendiendo a ser sumisas para evitar los malos tratos de sus jefes?.
Estas situaciones son ocultadas tanto por el gobierno de el país exportardor de mano de obra como por el receptor. Todos están interesados en este mercadeo humano. La economía de un país del Tercer mundo depende mucho de las ganancias de sus habitantes en el extranjero, tanto que en la lucha por envíar más gente que otros países obvian y ocultan estas situaciones de malos tratos, violaciones y hasta muertes.
Dicen que al año más de 100 mujeres vuelven muertas, y unos lo dan por muerte natural y otros no preguntan. Pero estas mujeres, la mayoría menores de cuarenta años y con hijos, hacen de tripas corazón y arriesgan su vida por la de los suyos.
Lalita, conoce todo esto, incluso ayuda a muchas de ellas, les proporciona refugio cuando vuelven al país, para ocultarse y rehabilitarse a todas aquellas que vuelven con el cuerpo roto, el alma no habrá quien la pueda rehabilitar, eso seguro
Todos entran en el juego, su educación, su necesidad, y en otros su ambición y su crueldad, todos son partes de la baraja. También yo, que sufro leyendo y escribiendo, pero desde mi comodidad y seguridad.
Lo peor, qué difícil puede ser cambiar estas situaciones, la misma maestra y consejera, Lalita les enseña lo más importante de su curso de formación: el principal activo de una doncella, enseñan así en el curso, es la "tolerancia"...más bien es la "tolerancia a ser esclavas".
Para más inri, da por hecho la posibilidad de que incluso las buenas empleadas puedan ser maltratadas, y no está de acuerdo en que una batidora maloliente no justifique una paliza...
Hoy no me puedo quejar...ya lo haré otro día...Egoístamente sigo pensando en lo mío y no en ellas, no forman parte de mis sueños, ni siquiera de mis pesadillas, mierda.
Un beso
No sé si será la primavera, la época de mi vida o yo misma, como casi siempre, pero según iba leyendo más ganas me entraban de llorar, si llega a ser un poco más largo el artículo dejo el periódico empapado.
Y no es eso malo, por lo menos yo no veo nada extraño en que me conmuevan las penosas situaciones de otras mujeres en este mundo, lo malo es que no tenía muy claro si lloraba por ellas o por mí. Por ser capaz de quejarme tanto de mi situación sin apreciar todo lo que tengo.
El artículo describía diferentes dificultades que se encuentran las mujeres en el mundo laboral. Las diferencias entre el mundo occidental, adaptándose al mundo femenino y el mundo oriental, intentando sobrevivir.
Describen como realizan un curso de formación para criadas, en Sri Lanka, preparándose para ir a trabajar a Oriente Próximo. Cúal será su realidad en su propio país para que se lancen a esa aventura, dónde saben casi con plena certeza que pueden ser maltratadas por sus empleadores, aún siendo unas estupendas trabajadoras.
Con una simple frase se lo explica Lalita, comentándolas como deben limpiar una batidora eléctrica: "Si huele, la "mamá" se enfadará y os pegará". "Ahí lo habéis hecho mal, entonces es cuando la mamá os golpea y os quema, cuando hacéis algo mal".
Viendo estás situaciones, ¿cómo puedo quejarme de mi trabajo?, ¿cómo puede pasar por mi cabeza que mi condiciones de trabajo son malísimas, si mientras estoy en el estoy escribiendo en este blog, y hay mujeres en este mundo que están aprendiendo a ser sumisas para evitar los malos tratos de sus jefes?.
Estas situaciones son ocultadas tanto por el gobierno de el país exportardor de mano de obra como por el receptor. Todos están interesados en este mercadeo humano. La economía de un país del Tercer mundo depende mucho de las ganancias de sus habitantes en el extranjero, tanto que en la lucha por envíar más gente que otros países obvian y ocultan estas situaciones de malos tratos, violaciones y hasta muertes.
Dicen que al año más de 100 mujeres vuelven muertas, y unos lo dan por muerte natural y otros no preguntan. Pero estas mujeres, la mayoría menores de cuarenta años y con hijos, hacen de tripas corazón y arriesgan su vida por la de los suyos.
Lalita, conoce todo esto, incluso ayuda a muchas de ellas, les proporciona refugio cuando vuelven al país, para ocultarse y rehabilitarse a todas aquellas que vuelven con el cuerpo roto, el alma no habrá quien la pueda rehabilitar, eso seguro
Todos entran en el juego, su educación, su necesidad, y en otros su ambición y su crueldad, todos son partes de la baraja. También yo, que sufro leyendo y escribiendo, pero desde mi comodidad y seguridad.
Lo peor, qué difícil puede ser cambiar estas situaciones, la misma maestra y consejera, Lalita les enseña lo más importante de su curso de formación: el principal activo de una doncella, enseñan así en el curso, es la "tolerancia"...más bien es la "tolerancia a ser esclavas".
Para más inri, da por hecho la posibilidad de que incluso las buenas empleadas puedan ser maltratadas, y no está de acuerdo en que una batidora maloliente no justifique una paliza...
Hoy no me puedo quejar...ya lo haré otro día...Egoístamente sigo pensando en lo mío y no en ellas, no forman parte de mis sueños, ni siquiera de mis pesadillas, mierda.
Un beso
2 Sonrisas:
Obviamente hay muchísima gente (en especial mujeres y niños) en este mundo que están mucho peor que nosotros y el problema radica en que no podemos hacer casi nada por ellos/as.
Lo peor es que es algo rutinario en la mayoría de países africanos, asiáticos y sudamericanos en donde la mujer ha de postrarse y matarse para sacar su vida y la de los que de ella dependen a cambio de trabajos mal pagados, infinidad de horas, y en algunos casos torturas, violaciones y demás barbaridades.
En fin que eso de que todos queremos un mundo mejor, etcétera es una utopía porque vamos a peor y encima no se puede hacer nada x ellos lo que te llena de impotencia y de rabia.
¿Tanto depende nuestra vida del Poder?
Un beso.
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