Caricias...
Aunque mi amigo Tope me diga en un comentario en el escrito anterior que sobre este tema tendrá poco que decir no creo que tenga ningún motivo especial para ello.
Todos necesitamos dar y recibir caricias, pero en este mundo nos negamos esa necesidad día a día, y eso si que es algo que no entiendo.
Las caricias son indispensables para la subsistencia y el bienestar psicológico, son el alimento de nuestra vida afectiva y emocional, sin ellas estamos incompletos, incluso llegando a grados extremos podemos llegar al marasmo que le llaman, es llegar a una paralización tanto física como psicológica.
En el mismo sentido que la necesidad de reconocimiento también tenemos necesidad de caricias, durante toda la vida. Hay una pequeña diferencia entre niños y adultos, no respecto a la necesidad de ello si no en la forma de recibirlo. Los niños sólo pueden recibirlo de su medio, familiar, más tarde escolar y su propio grupo, en cambio los adultos podemos auto-suministrarnos caricias cuando no las obtenemos de nuestro entorno. ¿Quién no se ha dicho a si mismo qué bueno eres frente al espejo?.
Lo bueno, sin tener en cuenta las edades, es dar y recibir caricias adecuadas en un intercambio equilibrado con el ambiente y las personas de tu entorno.
Busqué tipos de caricias, sin extenderme en el tema desde el punto de vista sexual, nada más hablaré de las caricias en general, las que necesitamos en el día a día. Está es la clasificación de caricias basándose en cuatro criterios, es la más correcta de las que he visto, en mi opinión:
1. Por su influencia en el bienestar: adecuadas o inadecuadas.
2. Por la emoción que invitan a sentir: positivas o negativas.
3. Por los requerimientos para darlas o recibirlas: condicionales o incondicionales.
4. Por el medio de tranmisión: físicas, verbales, gestuales o escritas.
Todas estas se pueden combinar entre sí.
Los prejuicios nos impiden que veamos las caricias o muestras de afecto como algo natural. Muchas veces no educan tanto en la protección que vemos fantasmas donde no los hay, acostumbrados a prejuzgar cada gesto, cada palabra, cada caricia, siempre buscamos el porque sin ni siquiera pararnos a disfrutar de ello, sin pensar que alguien hace eso por el simple placer de dar.
Las caricias son tan importantes para los seres humanos que cuando no tenemos caricias positivas podemos buscar negativas, lo mismo que buscamos el reconocimiento positivo o negativo, es preferible lo negativo a la ausencia total de las mismas.
Hoy os dejo un ejercicio:
Para detectar nuestras principales fuentes de caricias, debemos pensar en las personas más allegadas, las que suelen ofrecernos reconocimiento y afecto.
1. Ubica por orden de importancia a las tres personas que actualmente son tu principal fuente de caricias.
2. Piensa si la relación es recíproca, o sea, si recibes en una medida similar a la que das.
3. Imagina que pierdes las primera fuente de caricias (la primera persona de tu lista).¿Cómo la reemplazarías?. ¿Y si te faltaran también las otras?.
Hay que buscar diversas fuentes de caricias positivas y darlas es la forma más segura de conseguirlas.
Si hacéis el ejercicio, ya tenéis un motivo para daros una caricia positiva, felitaros por ocupar unos minutos en vuestro propio bienestar.
Una caricia.
Todos necesitamos dar y recibir caricias, pero en este mundo nos negamos esa necesidad día a día, y eso si que es algo que no entiendo.
Las caricias son indispensables para la subsistencia y el bienestar psicológico, son el alimento de nuestra vida afectiva y emocional, sin ellas estamos incompletos, incluso llegando a grados extremos podemos llegar al marasmo que le llaman, es llegar a una paralización tanto física como psicológica.
En el mismo sentido que la necesidad de reconocimiento también tenemos necesidad de caricias, durante toda la vida. Hay una pequeña diferencia entre niños y adultos, no respecto a la necesidad de ello si no en la forma de recibirlo. Los niños sólo pueden recibirlo de su medio, familiar, más tarde escolar y su propio grupo, en cambio los adultos podemos auto-suministrarnos caricias cuando no las obtenemos de nuestro entorno. ¿Quién no se ha dicho a si mismo qué bueno eres frente al espejo?.
Lo bueno, sin tener en cuenta las edades, es dar y recibir caricias adecuadas en un intercambio equilibrado con el ambiente y las personas de tu entorno.
Busqué tipos de caricias, sin extenderme en el tema desde el punto de vista sexual, nada más hablaré de las caricias en general, las que necesitamos en el día a día. Está es la clasificación de caricias basándose en cuatro criterios, es la más correcta de las que he visto, en mi opinión:
1. Por su influencia en el bienestar: adecuadas o inadecuadas.
2. Por la emoción que invitan a sentir: positivas o negativas.
3. Por los requerimientos para darlas o recibirlas: condicionales o incondicionales.
4. Por el medio de tranmisión: físicas, verbales, gestuales o escritas.
Todas estas se pueden combinar entre sí.
Los prejuicios nos impiden que veamos las caricias o muestras de afecto como algo natural. Muchas veces no educan tanto en la protección que vemos fantasmas donde no los hay, acostumbrados a prejuzgar cada gesto, cada palabra, cada caricia, siempre buscamos el porque sin ni siquiera pararnos a disfrutar de ello, sin pensar que alguien hace eso por el simple placer de dar.
Las caricias son tan importantes para los seres humanos que cuando no tenemos caricias positivas podemos buscar negativas, lo mismo que buscamos el reconocimiento positivo o negativo, es preferible lo negativo a la ausencia total de las mismas.
Hoy os dejo un ejercicio:
Para detectar nuestras principales fuentes de caricias, debemos pensar en las personas más allegadas, las que suelen ofrecernos reconocimiento y afecto.
1. Ubica por orden de importancia a las tres personas que actualmente son tu principal fuente de caricias.
2. Piensa si la relación es recíproca, o sea, si recibes en una medida similar a la que das.
3. Imagina que pierdes las primera fuente de caricias (la primera persona de tu lista).¿Cómo la reemplazarías?. ¿Y si te faltaran también las otras?.
Hay que buscar diversas fuentes de caricias positivas y darlas es la forma más segura de conseguirlas.
Si hacéis el ejercicio, ya tenéis un motivo para daros una caricia positiva, felitaros por ocupar unos minutos en vuestro propio bienestar.
Una caricia.
4 Sonrisas:
Poco qué decir en cuanto a que no suelo recibir caricias, salvo que algún que otro tortazo sea considerado como tal jajaja.
¿Será por que suelo llevar barba de 3-4 días?
Haría la lista pero las posibles acariciadoras están lejos de donde vivo xDDD.
De todas formas acepto candidaturas (femeninas solo xD) que sigan a rajatabla los preceptos que ha escrito Helena.
Tope, ya has visto que todo va en relación...quizás si tú acariciases más recibirías más caricias...;)
Un beso.
¿a quién? Si yo acaricio a alguién de estos lares me cae una ostia de considerables proporciones.
En este tema puede que yo sea algo especial(no voy a decir yo que soy raro,raros seréis los demás)
Muchas veces me incomodan las caricias(del tipo que sean) pues tengo la impresión,casi siempre infundada,no lo dudo,de que esa persona quiere algo que,por algún sospechoso motivo no se atreve a pedir directamente.Pero todo eso es fuera de mi muy reducido círculo afectivo,probablemente porque aquí mis sospechas carecen de valor al ser suyo todo lo mío
Quique
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