miércoles, mayo 18, 2005

Así soy yo...

Otra historia más de esas que voy contando por aquí. Bueno no es una historia o una aventura concreta, es cómo yo, mil y una...o quizás más.

Ensoñaciones, os describiría el proceso en sí, pero lo ha hecho también Stirner que sería como un insulto intentar poner algo semejante a lo suyo, y se notaría demasiado que una no sabe hacer esas cosas. Dónde esté lo bueno, tomémoslo.


Recuerdo que hace unos meses este tema llegó a obsesionarme un poco, tenía tantas ensoñaciones que me pareció que estaba bordeando lo que podíamos llamar "normalidad". Pero claro, ¿quién puede decirme dónde está el límite de número de ensoñaciones correctas al cabo del día?, o quizá es el problema no esté en la cantidad si no en el tema, lo mismo dá, ¿quién dice dónde están definidos los temas correctos para soñar despierto?.

Me provocó tanta inseguridad el tema que estuve buscando explicaciones, definiciones de la situación, algo que me ayudase a creer que no era nada raro, qué podía sentirme bien con mis sueños día tras día.

Comenté el tema con D. y con T., algo exagerada me vieron ambos, pero calmaron mi ansias al saber que ellos también tenían estos sucesos en su vida diaria. Pero yo seguía dándole vueltas, hable con Q. y con lo bien que me conoce no le extrañaba la situación, quizás le llamaba la atención la negatividad de algunas de las situaciones, pero con las movidas familiares de los últimos tiempos podían entrar en los límites también.

Yo soy buena lectora, y más en el caso de este blog, he llegado hasta el final, él mismo recomienda que en nuestra próxima ensoñación nos acordemos de su persona. Pues oiga dicho y hecho.

Ya lo considero parte de mi vida. Y como parte de ella, están ahí, cada vez que me relajo o quiero evadirme de algo. Cambiando una de mis normas o mejor dicho hábitos,
tuve una ensoñación justo al acostarme, en ese período en que cierras los ojos pero tu mente no se ha cerrado aún.

La ensoñación en cuestión, como siempre, me llevó a otro lugar, con otro aire, con otra luz, con mi alma de siempre. No fue eso lo que me llamó la atención, lo que me dejo prepleja fue la realidad total de esa ensoñación, llegué hasta a tener un escalofrío por todo mi cuerpo. Así te das cuenta de que estás tan despierta y tan viva como tu sueño...

Un beso.

3 Sonrisas:

Blogger Toperro dijo...

No hay ninguna cantidad recomendada o ningún límite porque las ensoñaciones son algo de carácter unipersonal.

Todos las tenemos solo que unas son positivas, otras no...influye más tu estado de ánimo, tus deseos inmediatos o a largo plazo y todo se mezcla aunque a veces también surgen tus temores en vez de deseos.

18/5/05 18:26  
Blogger Miada dijo...

Lo hago más de lo que crees...lo que pasa es que no actualizas y no te lo puedo decir...;)
Un beso.

19/5/05 00:27  
Anonymous Anónimo dijo...

Aparte del estado de embriaguez precedente al sueño,a mi me las provoca el aburrimiento o el intento de tal,ya que como me pongo a flipar,al final no me aburro nunca.Y es que una actividad rutinaria como conducir largo trecho o un trabajo repetitivo,o escuchar al jefe me provoca cierta ida de pelota.Es como si una neurona se encargase de la tarea y las otras dos restantes se pusieran a hablar de cualquier otra cosa.
Quique

19/5/05 23:36  

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