Sesión doble...
Por fin, hemos empezado la Guerra en casa.
Llegué a la lectura tan deseada, averiguar el método para enseñar a A. como debe comer. En fin comer ella solita consciente de lo que está haciendo.
Por supuesto en este libro te recomiendan llegar hasta el final de su lectura, pero sabiendo que con el libro anterior del doctor Estivill, Duérmete niño, no pasaba nada por comenzar con la lucha antes de terminar su lectura.
Lo que no esperaba yo es que el método fuese tan duro, por lo menos así me está pareciendo, más aún si lo comparo con el método para enseñar a dormir, sencillo en su realización aunque duro para los padres y puedo imaginar que también para los hijos.
Atención al método, puntos claves:
-No perder los nervios, nada de malas palabras, malos gestos, voces, etc.
-Seguir la rutina sin desfallecer en el intento.
-Evitar los premios materiales a no ser que lleguemos a verlos como imprescindibles.
-Motivar antes, durante y después.
-La sonrisa en la boca.
Viendo estos detalles parece sencillo, aunque si esto lo lee algún padre/madre sabrá que no es nada sencillo mantener la calma y la sonrisa en semejante situación.
Lo sé, cualquiera me dirá que es cuestión de paciencia, mantener una actitud positiva sin que aparezcan los fáciles castigos, reproches y chantajes para conseguir el fin de terminar un desayuno. Ya, !y un jamón!.
Esta mañana iniciamos el desayuno de la siguiente manera:
Coloqué en su trona su taza especial, su servilleta, un sobao. Apagué la tele. Fui a buscarla a la cama, la desperté con cariñitos y mimos, la convencí para ir al desayuno que esta mañana le había preparado un cacao especial para ella.
La siento en la trona, mira la taza, la coloco el babero, coge el sobao y empieza a comérselo. Empieza mi motivación durante tres minutos, sonrisas, palabras de ánimo.
-No quiero colacao-
Terminamos los tres minutos de motivación. Recogo todo de la mesa. Llegan los tres minutos del olvido. Sin dedicarle ni una palabra al tema seguimos vistiéndonos como si nada.
La vuelvo a sentar en su trona. Pongo de nuevo la taza, la servilleta, le pongo el babero. Comenzamos la misma tarea durante cuatro minutos en esta ocasión. Cuatro minutos más intentando motivarla para que tome el cacao.
-No quiero eso-
Vuelvo a recoger todo. No pasa nada. Ahora disponemos de cuatro minutos para el olvido. Lo peor son estos tiempos muertos, en cuatro minutos no te da tiempo a terminar ninguna otra tarea.
Vamos con la última. La vuelvo a sentar, volvemos con el mismo ritual, taza, servilleta, babero. Ahora son cinco minutos de motivación constante, con todo tipo de palabras agradables, lo qué vas a crecer, todo lo qué podrás jugar, lo grande qué eres y todo lo que se me puede ocurrir sin perder la sonrisa y la buena actitud hacia ella.
-No quiero nada-
Resultado de la primera batalla:
Mamá 0 - A. 1
Veremos en una semana como acabamos la Guerra. !Hagan apuestas!.En la otra sesión está Q. cuidando de M., pidió el día libre, para atenderla ante la falta de cuidadores. Le tocó luchar como amo de casa y Papá en toda la jornada, algo agotador para cualquiera.
Esta tarde tiene que llevarla al médico, para que la vea y nos recete esa pomada especial para los picores y evitar que destroce su piel arrascándose las heridas de la varicela.
Ya me estoy imaginando mi próxima visita al pedíatra, la enfermera como en la última ocasión que Q. llevó a la enana a su revisión, perpleja por la situación.
-Qué suerte tienes. Vaya marido-
¿Oiga usted no leerá mi blog?. Bueno aunque lo haga no creo haber realizado aún ningún comentario sobre mi vida sexual.Todo llegará.
¿Por qué cree ella que soy afortunada?. ¿Cómo puede pensar eso una mujer de cuarentaytantos, activa, trabajadora?. ¿Cómo es posible que el machismo siga existiendo en este grado?. Sí estas son sus ideas espero que sus hijos puedan evitarlas.
Bueno dejo de daros la coña, qué esto sólo interesa a papás y trabajadores del sector.
Un beso.
Llegué a la lectura tan deseada, averiguar el método para enseñar a A. como debe comer. En fin comer ella solita consciente de lo que está haciendo.
Por supuesto en este libro te recomiendan llegar hasta el final de su lectura, pero sabiendo que con el libro anterior del doctor Estivill, Duérmete niño, no pasaba nada por comenzar con la lucha antes de terminar su lectura.
Lo que no esperaba yo es que el método fuese tan duro, por lo menos así me está pareciendo, más aún si lo comparo con el método para enseñar a dormir, sencillo en su realización aunque duro para los padres y puedo imaginar que también para los hijos.
Atención al método, puntos claves:
-No perder los nervios, nada de malas palabras, malos gestos, voces, etc.
-Seguir la rutina sin desfallecer en el intento.
-Evitar los premios materiales a no ser que lleguemos a verlos como imprescindibles.
-Motivar antes, durante y después.
-La sonrisa en la boca.
Viendo estos detalles parece sencillo, aunque si esto lo lee algún padre/madre sabrá que no es nada sencillo mantener la calma y la sonrisa en semejante situación.
Lo sé, cualquiera me dirá que es cuestión de paciencia, mantener una actitud positiva sin que aparezcan los fáciles castigos, reproches y chantajes para conseguir el fin de terminar un desayuno. Ya, !y un jamón!.
Esta mañana iniciamos el desayuno de la siguiente manera:
Coloqué en su trona su taza especial, su servilleta, un sobao. Apagué la tele. Fui a buscarla a la cama, la desperté con cariñitos y mimos, la convencí para ir al desayuno que esta mañana le había preparado un cacao especial para ella.
La siento en la trona, mira la taza, la coloco el babero, coge el sobao y empieza a comérselo. Empieza mi motivación durante tres minutos, sonrisas, palabras de ánimo.
-No quiero colacao-
Terminamos los tres minutos de motivación. Recogo todo de la mesa. Llegan los tres minutos del olvido. Sin dedicarle ni una palabra al tema seguimos vistiéndonos como si nada.
La vuelvo a sentar en su trona. Pongo de nuevo la taza, la servilleta, le pongo el babero. Comenzamos la misma tarea durante cuatro minutos en esta ocasión. Cuatro minutos más intentando motivarla para que tome el cacao.
-No quiero eso-
Vuelvo a recoger todo. No pasa nada. Ahora disponemos de cuatro minutos para el olvido. Lo peor son estos tiempos muertos, en cuatro minutos no te da tiempo a terminar ninguna otra tarea.
Vamos con la última. La vuelvo a sentar, volvemos con el mismo ritual, taza, servilleta, babero. Ahora son cinco minutos de motivación constante, con todo tipo de palabras agradables, lo qué vas a crecer, todo lo qué podrás jugar, lo grande qué eres y todo lo que se me puede ocurrir sin perder la sonrisa y la buena actitud hacia ella.
-No quiero nada-
Resultado de la primera batalla:
Mamá 0 - A. 1
Veremos en una semana como acabamos la Guerra. !Hagan apuestas!.En la otra sesión está Q. cuidando de M., pidió el día libre, para atenderla ante la falta de cuidadores. Le tocó luchar como amo de casa y Papá en toda la jornada, algo agotador para cualquiera.
Esta tarde tiene que llevarla al médico, para que la vea y nos recete esa pomada especial para los picores y evitar que destroce su piel arrascándose las heridas de la varicela.
Ya me estoy imaginando mi próxima visita al pedíatra, la enfermera como en la última ocasión que Q. llevó a la enana a su revisión, perpleja por la situación.
-Qué suerte tienes. Vaya marido-
¿Oiga usted no leerá mi blog?. Bueno aunque lo haga no creo haber realizado aún ningún comentario sobre mi vida sexual.Todo llegará.
¿Por qué cree ella que soy afortunada?. ¿Cómo puede pensar eso una mujer de cuarentaytantos, activa, trabajadora?. ¿Cómo es posible que el machismo siga existiendo en este grado?. Sí estas son sus ideas espero que sus hijos puedan evitarlas.
Bueno dejo de daros la coña, qué esto sólo interesa a papás y trabajadores del sector.
Un beso.
2 Sonrisas:
No soy trabajador del sector ni nada x el estilo pero me parece que con tu hija lo llevas crudo, es una batalla muy difícil de ganar sin tener que emplear métodos agresivos.
Lo del marido es que la doctora tiene razón, tienes suerte pero eres tan orgullosa que no lo reconoces jajaja (por este párrafo me va a caer la de Dios Q. q se q me lees).
Que se mejore la niña y que la otra se tome el colacao que si no no crecerá y se quedará como una pitufilla.
Toperro, no conoces el método Estivill. Estoy seguro que en unos días su hija estará desayunando el colacao. Sino Helena siempre la puedes amenazar diciéndole que le comprarás Eko o Mercadonacao, ya verás como reacciona :D
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