Bailando...

Ayer volví a bailar. Curioso las vueltas que da la vida.

Hará unos cinco años comencé clases de bailes de salón, toda la vida había querido aprender y se presentó la oportunidad.

Un par de meses con mis amigas, y al tiempo llegó la conversión, el susodicho un "jevi" de pies a cabeza, que precisamente no había movido con música nada más allá de su cabeza, se animó para aprender juntos. Las cosas del amor.

Estábamos en plena guerra de pisotones y tuve que abandonar las clases, mi primer embarazo impidió que siguiera con los meneos de cadera. La cama me esperaba para guardar reposo.

Al llegar la enana la vida te cambia de arriba a abajo, aunque con el tiempo puedes volver a poner todo en orden, nada vuelve a ser igual. El susodicho siguió con su aprendizaje, y menos mal, pero yo me decanté por el seguir mi vida acuática con mi grupo de amigos, es decir, ir a nadar a la piscina.

Ahora que la falta de familiares a quien cuidar deja espacios libres para todos, mi hermana se ocupa de cuidar las enanas, algo imprescindible, y yo puedo utilizar mis horas libres de mediodía en organizar la casa y leer el blog de Picajoso que le ha dado por poner vídeos y en el trabajo no puedo escucharlos, pues todo empieza a volver hacia atrás, o mejor dicho, todo sigue hacia delante, pero con ritmo.

Así que anoche volví, bailé, no recordaba todo lo aprendido, pero no estaba perdida, iba bien acompañada.

Seguiré bailando...

Un beso.