Del sueño a la utopía...
Ayer tuve tan sólo un momento para poner este título, ahí me quedé, no pude continuar con ello, no por que no quisiera hacerlo, la falta de tiempo me lo impidió y he de reconocer que cuando lo hubo me faltaron las ganas para algo así...
Debieron ponerse los astros en mi contra o simplemente en fila, el día se volvió catastrófico poco a poco, quizás por querer hablar de sueños y utopías, se quedó todo en eso, un sueño.
Curiosas las definiciones de esta palabra que da la RAE, no encuentro una de mi gusto hasta la sexta, y aún llegando a no gustarme del todo, es lo que más se acerca a mi idea de sueño, da que pensar en las definiciones que aperezca en quinto lugar "baile del s.XVII", antes que..."Cosa que carece de realidad o fundamento, y, en especial, proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse".
Me quedaré con esa acepción, pero ese final tan brusco no va con mis sueños.
En frente tengo a la utopía, esta vez con una sola definición..."Plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación". Esta vez no tengo nada que objetar.
Presentadas las dos, vamos al grano, del sueño a la utopía...
El pasado sábado disfruté con mis amigos de un espectáculo de humor, de esos que te dejan el estómago dolorido de reír y los riñones y el pandero pidiendo ser sustituidos por otros debido al estado de los asientos.
En medio de este festival del humor, apareció un mago, sin desentonar nada con los demás participantes, su actuación rebosaba gracia por todas las esquinas.
Un interesante acercamiento al público abrió su participación, bromeando y ganándose al público en un momento. Es lo que tiene ser un profesional y adaptarse al medio en el que estás.
Aumentó mi interes al realizar un truco en el escenario, con la cámara obteniendo primeros planos de sus manos y sus cartas. Todo podíamos verlo en las pantallas gigantes, nada se escapa a tu mente y todo estaba delante de tus ojos.
Mi primera actitud fue la de fijar mi vista e intentar encontrar el momento en el que el mago engaña nuestra mente y se ríe de nuestra mente. Y de repente, soltó esa frase, recordando los momentos infantiles de nuestras vidas, llevándonos a todos a soñar. "Del sueño a la utopía". Decidía soñar con él y que mi alma disfrutase de aquellas imágenes, de aquella magia, de la utopía.
Siempre tuve una relación especial con la magia, me atraía mucho, aquellas actuaciones del Gran Tamariz me pegaban a la pantalla y nada me podía separar de allí.
Tanto me gustaba que pedí como regalo de Reyes un juego de aquellos de Magia Borrás.
Qué gran error el mío. Por supuesto que sabía que la magia no era magia, que la magia tiene truco, que el mago no es mago, que el mago hace los trucos. Pero poder ver con mis ojos, practicar con mis manos todo aquello me llevó la magia de dentro.
No era capaz de conseguir realizar correctamente muchos de los trucos, era muy niña, pero aquel simple movimiento de la varita mágica cogida por el medio con dos dedos, que proyectaba ante los ojos de los demás una varita blanda y dúctil, me lo robó.
Perdí la ilusión, era algo banal, lo podía hacer yo, lo podía hacer cualquiera.
Me separé de esos sueños por ser reales, a veces hay que soñar de principio a fin para que algo tenga sentido.
Y eso me pasó el sábado, soñé, no me importó saber el cómo, sólo disfrutar del porqué.
Hay ocasiones en la vida en las que merece la pena soñar, soñar con la utopía, sólo teniendo en cuenta tu porqué...
Un beso.
Debieron ponerse los astros en mi contra o simplemente en fila, el día se volvió catastrófico poco a poco, quizás por querer hablar de sueños y utopías, se quedó todo en eso, un sueño.
Curiosas las definiciones de esta palabra que da la RAE, no encuentro una de mi gusto hasta la sexta, y aún llegando a no gustarme del todo, es lo que más se acerca a mi idea de sueño, da que pensar en las definiciones que aperezca en quinto lugar "baile del s.XVII", antes que..."Cosa que carece de realidad o fundamento, y, en especial, proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse".
Me quedaré con esa acepción, pero ese final tan brusco no va con mis sueños.
En frente tengo a la utopía, esta vez con una sola definición..."Plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación". Esta vez no tengo nada que objetar.
Presentadas las dos, vamos al grano, del sueño a la utopía...
El pasado sábado disfruté con mis amigos de un espectáculo de humor, de esos que te dejan el estómago dolorido de reír y los riñones y el pandero pidiendo ser sustituidos por otros debido al estado de los asientos.
En medio de este festival del humor, apareció un mago, sin desentonar nada con los demás participantes, su actuación rebosaba gracia por todas las esquinas.
Un interesante acercamiento al público abrió su participación, bromeando y ganándose al público en un momento. Es lo que tiene ser un profesional y adaptarse al medio en el que estás.
Aumentó mi interes al realizar un truco en el escenario, con la cámara obteniendo primeros planos de sus manos y sus cartas. Todo podíamos verlo en las pantallas gigantes, nada se escapa a tu mente y todo estaba delante de tus ojos.
Mi primera actitud fue la de fijar mi vista e intentar encontrar el momento en el que el mago engaña nuestra mente y se ríe de nuestra mente. Y de repente, soltó esa frase, recordando los momentos infantiles de nuestras vidas, llevándonos a todos a soñar. "Del sueño a la utopía". Decidía soñar con él y que mi alma disfrutase de aquellas imágenes, de aquella magia, de la utopía.
Siempre tuve una relación especial con la magia, me atraía mucho, aquellas actuaciones del Gran Tamariz me pegaban a la pantalla y nada me podía separar de allí.
Tanto me gustaba que pedí como regalo de Reyes un juego de aquellos de Magia Borrás.
Qué gran error el mío. Por supuesto que sabía que la magia no era magia, que la magia tiene truco, que el mago no es mago, que el mago hace los trucos. Pero poder ver con mis ojos, practicar con mis manos todo aquello me llevó la magia de dentro.
No era capaz de conseguir realizar correctamente muchos de los trucos, era muy niña, pero aquel simple movimiento de la varita mágica cogida por el medio con dos dedos, que proyectaba ante los ojos de los demás una varita blanda y dúctil, me lo robó.
Perdí la ilusión, era algo banal, lo podía hacer yo, lo podía hacer cualquiera.
Me separé de esos sueños por ser reales, a veces hay que soñar de principio a fin para que algo tenga sentido.
Y eso me pasó el sábado, soñé, no me importó saber el cómo, sólo disfrutar del porqué.
Hay ocasiones en la vida en las que merece la pena soñar, soñar con la utopía, sólo teniendo en cuenta tu porqué...
Un beso.
5 Sonrisas:
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Sueños y utopías...si se cumplen logras la felicidad sino te amargas y sufres, y por lo general ni la magia es capaz de evitar lo segundo.
menudo comemocos el camborio!!!!! que esta tiene niños y todo mamon!!!! jajajajaajajajajajaaja , que quieres ser jimmy el rapido , sin haberla metido ya con cabezones........
pD: que perro que soy......
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Este perro es tonto, es el típico chucho que va dejando sus cagalitas en los jardines, y el amo mirándolo. Hay mascotas para todo.
Q.
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