Tengo que explicarme...

El pasado domingo, sí digo domingo por que en realidad fue sólamente el domingo, estuve en Madrid en una cita, comida, quedada, llámalo X, con gente que escribe en el foro de ACB de una forma más o menos habitual, o por que no decirlo directamente, algunos de los foreros con los que mejor me llevo.

Todo empezó ese mismo domingo, salí de Torrelavega en autobús a eso de las 00:50 horas, llegando a Madrid, con unos veinte minutos de ojos cerrados, alrededor de las seis de la mañana.

Poco después se dejaba ver por la estación de autobuses Jon con quien ya tenía una buena química antes de conocernos, sus comentarios en el foro siempre me habían llamado positivamente la atención.

Compartimos un par de desayunos mientras hacíamos tiempo para que una parte de Madrid fuese a dormir y la otra parte despertase a la vida.

Más concretamente la parte de Madrid que esperabamos despierta era Lolo, el primero en atender a los que llegabamos de provincias.

Repetimos el ritual con su llegada, otro café más para mi cuerpo, yo lo necesitaba, y un zumo para Jon, debía tener suficiente cafeína ya.

Con Lolo fuímos hasta Santa Ana donde habíamos quedado con el resto, Hugo y Matthau, tranquilos éste último todavía no tiene blog, pero tiempo al tiempo.

Unas cañas muy a gusto nos tomamos mientras charlábamos, sí claro, también criticábamos, y dejábamos pasar el tiempo como sí no quisiéramos movernos de allí, más que nada por que el calor de la calle podía acabar con los madrileños, así ímaginaros con los del Norte.

No hubo más remedio que salir para nuestro destino, que no era otro que el maravilloso y pequeño restaurante Asturianos. Todo lo que tiene de pequeño su comedor lo tiene de grande su comida. Todo espectacular, comida, bebida y compañía.

Continúamos charlando, lo que llamamos sobremesa, y fue entonces cuando ocurrió aquel breve pero oscuro momento para mí.

Sé que no se dieron cuenta, quizá la costumbre o la emoción del momento, se cerraron en una conversación chupapollas entre ellos. Fue algo momentáneo, imagino, no, no imagino, estoy segura que ninguno se percató de la situación.

Yo estoy acostumbrada a estas cosas desde jovencita, siempre fuí de las pocas chicas en el grupo, más bien era "la novia de" y no había más chicas alrededor, nunca me molestó, siempre me sentí bien en esa situación.

Pero el estar acostumbrada no hizo que la huella en mí fuera menor. Quizá porque creí encontrarme entre adultos, personas capaces y más avanzadas que yo en todos los sentidos. Pero se escapó un sentido, que suele ser el femenino, que se percata siempre de todo lo que hay alrededor, ellos me dejaron a un lado. Sólo un momento, pero me bastó.

Lo que no debí hacer fue lo que ya hice, nunca me arrepiento de lo que hago, así que nada más que asumir las consecuencias de haber advertido de este hecho.

Tras hacerlo, vinieron las disculpas, mis dudas por haberlo hecho saber, ya que era algo que muchos considerarán infantil y que debí dejarlo pasar sin más.

Pero soy así, para las buenas y para las malas, cuando algo no me gusta, lo digo. No es mi intención que los demás sientan que han hecho mal, simplemente quiero que sepan que algo no me gustó y que yo misma procuraré que no me vuelva a pasar.

Este incidente no hace ni por un segundo que guarde un mal recuerdo de esa comida juntos, sólo tengo un grato recuerdo hacia todos y mil gracias por recibirme y seguramente mil gracias más por volverme a recibir cuando vuelva, aún sabiendo que me caeran un par de collejas "a lo Sole", bien recibidas serán...

No quería más que explicaros a todos, y sobre todo a él, Lolo, por favor no me des más collejas...Gracias...

Un beso.