Mis penas...
Todos necesitamos a alguien que nos escuche, no es tan importante que te aconsejen, por lo menos para mí, así con todo siempre gusta escuchar otra opinión con una visión desde fuera de lo que te ocurre a ti.
Yo tengo mi Pepito Grillo, así los llama Stipey, T. me escucha y aguanta, todo hay que reconocerlo, casi todas las tardes. Me aguanta, lo sé, sigue estando ahí para soportar todas mis manías, mis malos prontos, mis problemas, bueno eso es lo que debe ser un amigo, ¿no?, alguien te escuche y comparta contigo en las buenas y en las malas. Por supuesto agradezco en el alma que esté ahí conmigo y él sabe que me tiene para lo que pueda necesitar.
Pero así con todo hay otras personas que también comparten y me ayudan, algunas sin saberlo ni pretenderlo. Quizás por eso me gusta ese tipo de contacto, no es un contacto habitual lo que le convierte en más interesante, por su distancia en el tiempo quizás no se habla tanto del día a día y se comentan cosas más importantes o que te llegan más
Lo curioso es que llamo o escribo a G. cuando estoy de bajón, no sé por que pero en esos momentos hay algo que me lleva hacia esa persona, parece que hay una conexión especial hacia sus palabras, que además no se ve correspondida, las mías no causan el mismo efecto.
Más curioso si cabe, por que yo no cuento mis problemas a G, simplemente me preguntas, ¿estás bien?, yo siempre respondo que sí, que aquí estoy. Pero sé directamente que si he escrito o llamado es por que no estoy bien, hay algo en sus palabras que me hacen olvidar mis problemas, mis pesares, mis llantos, y ya digo que no salen de mi boca ninguno de estos, más bien es al contrario, escucho y me siento mejor.
Gracias G. por estar ahí cuando te necesito...
Yo tengo mi Pepito Grillo, así los llama Stipey, T. me escucha y aguanta, todo hay que reconocerlo, casi todas las tardes. Me aguanta, lo sé, sigue estando ahí para soportar todas mis manías, mis malos prontos, mis problemas, bueno eso es lo que debe ser un amigo, ¿no?, alguien te escuche y comparta contigo en las buenas y en las malas. Por supuesto agradezco en el alma que esté ahí conmigo y él sabe que me tiene para lo que pueda necesitar.
Pero así con todo hay otras personas que también comparten y me ayudan, algunas sin saberlo ni pretenderlo. Quizás por eso me gusta ese tipo de contacto, no es un contacto habitual lo que le convierte en más interesante, por su distancia en el tiempo quizás no se habla tanto del día a día y se comentan cosas más importantes o que te llegan más
Lo curioso es que llamo o escribo a G. cuando estoy de bajón, no sé por que pero en esos momentos hay algo que me lleva hacia esa persona, parece que hay una conexión especial hacia sus palabras, que además no se ve correspondida, las mías no causan el mismo efecto.
Más curioso si cabe, por que yo no cuento mis problemas a G, simplemente me preguntas, ¿estás bien?, yo siempre respondo que sí, que aquí estoy. Pero sé directamente que si he escrito o llamado es por que no estoy bien, hay algo en sus palabras que me hacen olvidar mis problemas, mis pesares, mis llantos, y ya digo que no salen de mi boca ninguno de estos, más bien es al contrario, escucho y me siento mejor.
Gracias G. por estar ahí cuando te necesito...
1 Sonrisas:
Supongo que siempre tenemos nuestros confidentes por un lado a los que les contamos todo y luego están los q hablamos con ellos/as xq nos apaciguan xq escucharlos nos da una sensación de tranquilidad que siempre necesitamos, por eso tu tienes suerte tienes el equilibrio que te dan ambas personas cada uno con lo suyo :)
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