Hablar para que te escuchen...

Recuerdo ya hace muchos años, cuando aún vivía en casa de mis padres, que llegué a acostumbrarme a quedarme dormida con la radio encendida. Mi hermana no la apagaba, y acabé acostumbrándome a ello. Tanto es así que soy incapaz de despertarme en casa por la mañana, pues Q. utiliza el despertador con radio en vez de con ese ruido ensordecedor capaz de provocarte un ataque al corazón. Así, a mí me despierta Q. cuando lo consigue...

En aquella época alguna vez llegué a escuchar el programa que hoy me propone una historia que contar, o al menos que iniciar. Entonces era Gemma Nierga, la estrella de la noche, ahora es Mara Torres la encargada de acompañar a los insomnes o quizás a los soñadores. Sí estoy hablando de ese conocido espacio de la radio nocturna, Hablar por hablar, no soy aficionada a tal pero tampoco es eso lo que me lleva a escribir este posteo de hoy.

Sería también una interesante reflexión hablar de las personas que llaman a estos programas, no ya de las que podemos escucharlos, que nuestras motivaciones pueden ser miles, pero,¿cúales son las motivaciones de las personas que llaman?. Quizás son las mismas que tenemos las personas que escribimos este tipo de blogs, contar nuestras cosas a personas desconocidas, sin el miedo al que dirán, o conocidas pero tan allegadas que no tenemos problemas en que digan...

Bueno, al caso de hoy fue algo que me llamó la atención escuchando uno de esos anuncios que ponen durante el día, simplemente ponen una pequeña reproducción de alguna intervención del programa.

Claro que cualquiera de esas pequeñas conversaciones te pueden llamar la atención, pero ésta fue algo especial, me puso los pelos de punta, y aun ahora recordándola me pasa lo mismo...

-Perdí a mi esposa ahora hace 8 años.Estamos dando un paseo de montaña, ella llevaba en brazos a uno de nuestros hijos-
-Le dejo en el suelo, estoy muy cansada-
-Fue lo último que me dijo.Miré hacia atrás, y ví que mi esposa había caído por un barranco de unos 40 mts.
Me tiré rodando y llegué hasta ella, estuve hora y media aguantándola mano con mano
Pero no pude más, le pedí perdón y la tuve que soltar-
-¿Y qué fue lo último que la dijiste antes de soltarla?-
-Qué era lo más bello que me había pasado en la vida, qué me perdonase-
Esta última frase fue pronunciada entre llantos...

Increíble, qué situación más traumática, ¿cómo puedes olvidar algo así?, ¿cómo puedes cerrar los ojos y no verla a ella?, ¿qué te puede devolver a la vida?

Un beso.