¿Me quieres dejar en paz...?
Qué pregunta más destructora, por lo menos a mí me destruye por dentro.
Es la típica pregunta que nunca vas a responder a gusto del que pregunta, tú nunca vas a querer dejar a esa persona en paz, eso está claro, pero más claro queda que la otra persona lo está deseando.
Debía ser que yo dijera con frecuencia estas cinco dichosas palabritas, por que mi hija mayor las ha aprendido a la perfección y como no consigo imaginarme a Q. diciendo algo así, debía ser yo la culpable de la situación...
Se ve que la pequeñaja está aprendiendo todas los malos detalles de mamá, lástima, no es tan fácil corregirla a ella cuando no te puedes corregir a ti misma, y claro esa es la única solución...
La mamá es la que tiene que cambiar para que ella observe el cambio y lo asuma sin esforzarse, pero cómo cuestan esos detalles que son los que te falta limar para ser estupenda mamá, o simplemente mejor persona...
Observé que empezaba a repetir más de la cuenta la frase, y que además lo hacía con un résped que te dejaba fría, quizás también aprendido de mamá que le saca a relucir cuando ha conseguido consumir mi paciencia, pero al mismo tiempo me di cuenta de que no sólo lo estaba aprendiendo de mí, había alguien más involucrado y no quedaba más opción que dirigir las miradas hacia la profesora, una profesora nueva en su vida.
Me di cuenta de que mamá no solía decirla nunca ¿me quieres dejar en paz?, la verdad es que no creo decírselo a nadie, lo que abundaba en mamá era un !CALLA!...para poder escuchar algo que me llamaba la atención o alguien con el que compartía conversación...
Intenté que se diese cuenta de su forma de expresar esas palabras, de que no se podía hablar así en ese tono, y vaya que sí lo entendió, y me dió una lección...
-Mamá, por favor,¿me quieres dejar en paz?- Ante esto tuve que CALLARME y dejarla en paz...
Creo que yo nunca diré...¿me quieres dejar en paz?...ni aunque sea como un favor...
Un beso.
Es la típica pregunta que nunca vas a responder a gusto del que pregunta, tú nunca vas a querer dejar a esa persona en paz, eso está claro, pero más claro queda que la otra persona lo está deseando.
Debía ser que yo dijera con frecuencia estas cinco dichosas palabritas, por que mi hija mayor las ha aprendido a la perfección y como no consigo imaginarme a Q. diciendo algo así, debía ser yo la culpable de la situación...
Se ve que la pequeñaja está aprendiendo todas los malos detalles de mamá, lástima, no es tan fácil corregirla a ella cuando no te puedes corregir a ti misma, y claro esa es la única solución...
La mamá es la que tiene que cambiar para que ella observe el cambio y lo asuma sin esforzarse, pero cómo cuestan esos detalles que son los que te falta limar para ser estupenda mamá, o simplemente mejor persona...
Observé que empezaba a repetir más de la cuenta la frase, y que además lo hacía con un résped que te dejaba fría, quizás también aprendido de mamá que le saca a relucir cuando ha conseguido consumir mi paciencia, pero al mismo tiempo me di cuenta de que no sólo lo estaba aprendiendo de mí, había alguien más involucrado y no quedaba más opción que dirigir las miradas hacia la profesora, una profesora nueva en su vida.
Me di cuenta de que mamá no solía decirla nunca ¿me quieres dejar en paz?, la verdad es que no creo decírselo a nadie, lo que abundaba en mamá era un !CALLA!...para poder escuchar algo que me llamaba la atención o alguien con el que compartía conversación...
Intenté que se diese cuenta de su forma de expresar esas palabras, de que no se podía hablar así en ese tono, y vaya que sí lo entendió, y me dió una lección...
-Mamá, por favor,¿me quieres dejar en paz?- Ante esto tuve que CALLARME y dejarla en paz...
Creo que yo nunca diré...¿me quieres dejar en paz?...ni aunque sea como un favor...
Un beso.
3 Sonrisas:
Yo suelo decir mucho esta frase sobre todo a mi madre cuando se pone pesada aunque intentas no faltar al respeto a veces la situación o un mal día te hace cambiar el tono y por lo tanto liarla en casa...por mucha educación que le des lo malo se aprende enseguida y lo bueno no tanto.
Yo tengo otras formas de decirlo, pero esa precisamente no, nunca me ha gustado demasiado. Si no estoy en paz, como me van a dejar en paz. Ya, es retórica, pero es que no me gusta leches!
Bienvenida al mundo de los blogs y eso.
Para que exista la paz tiene que existir la guerra. Hay palabras que son amenazas de bomba, son atentados a los edictos y a los pactos. Y ya se sabe que no hay pactos sin dolor.
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