Diez más uno...
Hoy hace diez años más un día que ella dejó de beber. No se puede decir que para siempre, nadie sabe que va a pasar mañana, ni siquiera ella misma.
No se pueden resumir diez años en diez minutos y mucho menos en diez líneas por muchas palabras que puedas juntar.
Son muchos los recuerdos y los sentimientos cruzados con ella, a día de hoy no he sido capaz de devolverle toda mi confianza.
Es extraño, yo confío en cualquiera, siempre confío en la gente, pero cuando llegó a perderla me cuesta mucho que esa confianza sea como era antes.
Quizás nunca pueda ser como era antes, ni tenga por que, pero si lo deseo, cierro los ojos con fuerza y pienso en aquellos días anteriores a su caída, o mejor dicho a su gran caída en el alcohol, y todo era diferente.
Fueron días muy duros para todos, para ella y para nosotros. Pero te ciegas y sólo ves tu dolor, nunca piensas que ella sufra, siempre piensas que ella lo hace por que quiere, incluso piensas que lo hace por fastidiar.
Para llegar a asumir que esto es una enfermedad no sólo tienes que abrir tu mente, tienes que tener valor, para echar la vista atrás y reconocer tus errores con ella. Esto es lo más difícil, reconocer que obraste mal, que la trataste mal, que no supiste ayudarla.
Y eso cuesta, cuesta mucho, tu dolor por lo sufrido te impide abrir los brazos y fundirte con ella. La apoyas, vas con ella, con tu familia, a dónde sea necesario, pero no eres capaz de perdonarte lo que has hecho, que no lo ella ha hecho.
Eso es lo difícil, darte cuenta de que ella está enferma y que tú no has sabido darte cuenta de ello, simplemente has ayudado a que ella toque fondo, las has hundido un poco más.
El tiempo pasa y desde el agujero más profundo ella empieza a ver la luz, tú todavía no la ves, la rabia te lo impide, sólo te hace estar alerta y sospechando de ella a cada momento, como si fuera una delincuente y no una enferma.
Pero su camino se abre, se limpia de polvo y paja, y camina sola, sin ayuda, alzando su cabeza, respirando hondo y saludando al mundo.
Llega ese momento y lo único que deseas es poder tener su fuerza y su valor, ella tuvo valor para volver a la vida y a mí todavía me falta fuerza para aceptar su corazón.
La admiro, la envidio sus sentimientos y su perdón, pero todavía tengo una pequeña herida en el corazón, la cicatriz es pequeña y espero curarla del todo.
Poder ser como ella, sin rencor y con ganas de mirar solamente al futuro.
Felicidades, te quiero Nena...
Un beso.
No se pueden resumir diez años en diez minutos y mucho menos en diez líneas por muchas palabras que puedas juntar.
Son muchos los recuerdos y los sentimientos cruzados con ella, a día de hoy no he sido capaz de devolverle toda mi confianza.
Es extraño, yo confío en cualquiera, siempre confío en la gente, pero cuando llegó a perderla me cuesta mucho que esa confianza sea como era antes.
Quizás nunca pueda ser como era antes, ni tenga por que, pero si lo deseo, cierro los ojos con fuerza y pienso en aquellos días anteriores a su caída, o mejor dicho a su gran caída en el alcohol, y todo era diferente.
Fueron días muy duros para todos, para ella y para nosotros. Pero te ciegas y sólo ves tu dolor, nunca piensas que ella sufra, siempre piensas que ella lo hace por que quiere, incluso piensas que lo hace por fastidiar.
Para llegar a asumir que esto es una enfermedad no sólo tienes que abrir tu mente, tienes que tener valor, para echar la vista atrás y reconocer tus errores con ella. Esto es lo más difícil, reconocer que obraste mal, que la trataste mal, que no supiste ayudarla.
Y eso cuesta, cuesta mucho, tu dolor por lo sufrido te impide abrir los brazos y fundirte con ella. La apoyas, vas con ella, con tu familia, a dónde sea necesario, pero no eres capaz de perdonarte lo que has hecho, que no lo ella ha hecho.
Eso es lo difícil, darte cuenta de que ella está enferma y que tú no has sabido darte cuenta de ello, simplemente has ayudado a que ella toque fondo, las has hundido un poco más.
El tiempo pasa y desde el agujero más profundo ella empieza a ver la luz, tú todavía no la ves, la rabia te lo impide, sólo te hace estar alerta y sospechando de ella a cada momento, como si fuera una delincuente y no una enferma.
Pero su camino se abre, se limpia de polvo y paja, y camina sola, sin ayuda, alzando su cabeza, respirando hondo y saludando al mundo.
Llega ese momento y lo único que deseas es poder tener su fuerza y su valor, ella tuvo valor para volver a la vida y a mí todavía me falta fuerza para aceptar su corazón.
La admiro, la envidio sus sentimientos y su perdón, pero todavía tengo una pequeña herida en el corazón, la cicatriz es pequeña y espero curarla del todo.
Poder ser como ella, sin rencor y con ganas de mirar solamente al futuro.
Felicidades, te quiero Nena...
Un beso.
5 Sonrisas:
Me alegro de que ELLA, se haya curado...
Necesita confianza para su proceso de recuperación, así que...
ÁNIMO!!!
Besos
No entiendo muy bien la historia pq acabo d empezar a leerte..., pero si ella ha conseguido "salir" d ésa enfermedad, deberías estar contenta y no pensar en q obraste mal o no supiste ayudarla como quizás necesitaba en ése momento.
Q igual me estoy confundiendo..., nsé...
Besos.
Ella está recuperada, pero a mí me cuesta recuperar la confianza que perdí...Gracias...
Un beso.
Ante esto...no me queda nada mejor que regalar un silencio...
Admirable.
Besitos
Miada, piensa que si ella ha conseguido superarlo, tu también puedes hacerlo, con tiempo. Con lo que he leido creo que estás intentando que eso ocurra pronto. Ánimo.
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