jueves, noviembre 03, 2005

Quién sabe cómo...

a mí esto no me va...Dichoso día de los Difuntos. No encuentro nada más absurdo que el paseo por el cementerio, limpieza de nichos y regalo de flores.
Nunca le he encontrado sentido a este día. Siempre acompañaba a mi madre y a mi padre, para ellos era algo importante. No compartía y sigo sin hacerlo, pero entiendo que forma parte de su cultura y tienen esa necesidad.

Hace un par de semanas coincidió que el susodicho estaba trabajando en el cementerio municipal y ante una llamada de teléfono de mi hermana la dijo que deberíamos llevar unas flores a la tumba de mi madre, parecía una tumba dejada y olvidada.

Tampoco entiendo ese consejo, nunca he necesitado visitar su tumba, la tengo presente día a día, no por ir hasta el cementerio y poner unas flores en un florero la tendré más presente.

Siempre había pensado en la incineración para mí, cuando llegue el momento, pero con la reciente muerte de Haro Tegclen cambié de opinión, nada mejor que seguir su ejemplo. Donaré mi cuerpo a la ciencia, eso que me ahorro y quizás sirva para algo.

Nadie tendrá que decidir si va a llevarme flores o no. Nadie sentirá esa responsabilidad, ni remordimientos por no hacerlo.

A pesar de todo sigo yendo con mi familia, al visitar la tumba de mi madre hemos reducido recorrido, dejamos de hacerlo con el resto de familiares, tíos y abuelos ya quedaron relegados por ella.

Entiendo que mi padre desee subir por allí, sí él pudiera hacerlo por si mismo estoy segura de iría a menudo, le gusta llevarle flores, pero no se atreve a pedirlo, así que se conforma con subir en este día.

Así fuímos todos este martes, incluidas las enanas, llevamos un par de lirios amarillos, sus flores preferidas, no hacia falta llevar más, mi hermana y yo nos habíamos adelantado con un ramo de rosas el día anterior, intentando evitar las horribles plastificadas que suele dejar por allí mi tío.

Nuestro intento fue en vano, mi tío había posado nuestras rosas en el suelo y colocado unas flores artificiales en su lugar, lástima, si no hubiera dejado las rosas en el suelo las suyas no hubiesen ido a la basura...había sitio para todos.

Nuestro paseo no es más que eso, entrega de flores, un par de minutos allí, para que mi padre descanse, y nada más.

Nos íbamos poco a poco, y A. me pregunta:

-¿La abuela no tiene patas?

Yo me quedé unos segundos pensando que responder, y lo hice mal. Dije que si, que la abuela tenía patas. Debí decirle la verdad, ya no hay nada de la abuela, sólo su recuerdo.

-¿Y entonces por qué no sale de ahí?

-Por que no puede hacerlo. La abuela no se mueve, no está.

-¿Si no está para que pones flores?.

-Por que al abuelo le gusta ver las flores ahí.

Debí explicarle que se acabó la abuela, que ya no funciona, no dejar en el aire la posible expectativa de que un día pueda aparecer.

Ella no tiene recuerdos de su abuela, tenía ocho meses cuando falleció, al menos no puede explicarte nada de ella, aunque por dentro algo tiene.

No se me olvida con poco más de un año, le repetí un poema infantil que mi madre le contaba todos los días, y al escucharme le entró como un escalofrío, se giró hacia mí buscando algo que no pudo encontrar.

Mierda, qué difícil es explicar estas cosas a los enanos, yo no las puedo entender, sólo sentir, ¿cómo hacer que ella las entienda entonces?

Un beso.

8 Sonrisas:

Blogger dB - Tlks dijo...

El otro dia lei sobre ese dia.

Llevan a flores a gente que nunca se las llevaron en vida

Por otro lado todo eso me parece la escenificación de un sentimiento como si tuvieran que teatralizarlo para que la gente se lo tenga en cuenta.

3/11/05 20:29  
Blogger ana dijo...

Hace algunos días, con motivo de un velatorio (otro absurdo alrededor de la muerte), dí instrucciones precisas a mi hija para el día que yo muriera: que se donase lo donable y luego me incinerasen. Y, por supuestísimo, que la noche en la que hubiera muerto, me metieran en el frigo hasta la hora de la quema y que cada uno se fuera a su casa y me llorara quien quisiera. Me paró en seco y me contestó: tú piensas que si tú mueres yo voy a poder venir tranquilamente y sola a casa, aunque sea para llorarte?
Hay frases que llegan al alma. Esta me la rompió en mil trozos.

4/11/05 00:43  
Anonymous Anónimo dijo...

No hay que explicarles nada, lo deben sentir, que una persona querida ya no está fisicamente, pero está en la mente de todos.
Mi hija mayor añora a su abuelo, y alguna noche rompe a llorar. En ese caso, la abrazo y le digo que siempre estará entre nosotros.

Ah! me niego a visitar su tumba con las peques. Mejor el recuerdo.

4/11/05 08:45  
Blogger malatesta dijo...

Hace mucho tiempo aprendí a respetar todos los ritos y costumbres. Cada cual vive la muerte a su manera, lo mejor que puede. Todos los absurdos ritos que se practican tienen dos finalidades: la primera, y más práctica, la higiénica, pues aunque es evidente, y casi me dé vergüenza decirlo, alguien que ha muerto es un cadáver, y no se puede dejar por ahí, de cualquier manera. La segunda, mucho más humana, la de hacer más llevadero a los que se quedan el trance de la pérdida del ser querido.
En la serie de la que hablamos hace unos días, A dos metros bajo tierra, Nate recuerda a Federico que los funerales no son para los muertos, sino para los familiares. Hay quien necesita ir todos los domingos al cementerio, y hay quien no. Eso va con la persona.
Siento haberme extendido, pero acabo de llegar de uno de esos ritos, la misa del mes por mi primo Abraham. Espero que al menos haya servido a mis tíos para sentirse menos solos.

4/11/05 21:10  
Blogger Miada dijo...

Yo también respeto todos esos rituales, por eso acompaño a mi padre...

También deseo que respeten los míos, no quiero nada de todo eso en mi "vida"...

No soy católica, qué respeten al menos mi muerte.

Sé que todo esto es para los que se quedan y no para el que se va, qué se reunan si lo desean, unas cervezas, buena música y unas risas a mi cuenta por favor...

Un beso.

4/11/05 23:32  
Blogger aguantísimo dijo...

¿El susodicho es un necrófago?

6/11/05 14:01  
Anonymous Anónimo dijo...

Por supuesto. Los animales y las plantas que constituyen mi alimentación suelen estar muertos, e incluso muchas veces, cocinados.

El Susodicho -Aníbal Lecter-

6/11/05 23:25  
Blogger aguantísimo dijo...

¡Asesino! ¡Ni Jeffrey Dahmer era tan descarado!

7/11/05 08:12  

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