De bajón...
Llegó el fin de semana, lo estaba deseando, más bien necesitando.
Tenía necesidad de un ratito de paz, de tranquilidad. Sabía de antemano que el principio iba a ser duro. Pero buscaba con ansia ese happy end.
Lo buscaba como quien busca el Santo Grial, llevaba unos días de cambio de humor, algo no extraño en mí, pero sí fuera de lo común al durar tantos días.
Me gustaría saber qué es lo que influye en mí para no volver a mi estado normal de histérica positiva, quizás sean las fases de la luna, siempre me altero con la luna llena, pero no, ya había pasado esta fase lunar, estaba decreciendo.
Tal vez sean los cambios hormonales del ciclo menstrual, pero estos no los puedo tener en cuenta, cuando no son los de la ovulación, son los pre y si no son los post así que todos cuentan.
Puede que sea la primavera, pero ya casi me puedo considerar en verano, aunque el verano de aquí no se pueda considerar como tal hasta bien entrado junio, yo me siento en verano en cuanto quito las botas y aparecen las sandalias en mis pies.
Podría pensar que son los problemas familiares o de pareja, pero la verdad es que ni unos ni otros aparecen últimamente en mi vida.
Quizás sea eso, recuerdo haberlo leído en Déjame que te cuente de Jorge Bucay, que entre que es argentino y te cuenta la vida contando cuentos ha conquistado mi corazón.
Narra en un capítulo el protagonista a su psicóanalista que se encuentra a disgusto, no está satisfecho, siente el alma intranquila, a pesar de que le va bien con su novia, le va bien con su familia, le va bien en los estudios, le va bien en el trabajo.
Parece que nos pasa lo mismo a los dos, hemos resuelto nuestros problemas, los importantes y buscamos algo más, nos sentimos intranquilos estando tranquilos, nos falta la sonrisa que ponemos al mal tiempo y no tenemos buena cara para la vida sin más. Nos falta el reto de enfrentarnos a algo, algo que nos ponga las pilas.
Obviamente el Gordo le dice que sí es tonto, no tiene problemas y los tiene que buscar para sentirse bien. Ya os buscaré el cuento que propone Jorge para darse cuenta de estas cosas y no llegar a estos extremos, ya veís que mi lectura no ha sido todo lo atenta que debería.
Lo peor, no es sólo como te sientes frente a la vida, es que los demás procuran que te sientas bien, y cómo no lo consigues, todavía te sientes peor, por ellos y por tí.
No creo que pase nada extraño, en unos días volveré a mi histerismo habitual y me volverá la sonrisa...espero.
Un beso.
Tenía necesidad de un ratito de paz, de tranquilidad. Sabía de antemano que el principio iba a ser duro. Pero buscaba con ansia ese happy end.
Lo buscaba como quien busca el Santo Grial, llevaba unos días de cambio de humor, algo no extraño en mí, pero sí fuera de lo común al durar tantos días.
Me gustaría saber qué es lo que influye en mí para no volver a mi estado normal de histérica positiva, quizás sean las fases de la luna, siempre me altero con la luna llena, pero no, ya había pasado esta fase lunar, estaba decreciendo.
Tal vez sean los cambios hormonales del ciclo menstrual, pero estos no los puedo tener en cuenta, cuando no son los de la ovulación, son los pre y si no son los post así que todos cuentan.
Puede que sea la primavera, pero ya casi me puedo considerar en verano, aunque el verano de aquí no se pueda considerar como tal hasta bien entrado junio, yo me siento en verano en cuanto quito las botas y aparecen las sandalias en mis pies.
Podría pensar que son los problemas familiares o de pareja, pero la verdad es que ni unos ni otros aparecen últimamente en mi vida.
Quizás sea eso, recuerdo haberlo leído en Déjame que te cuente de Jorge Bucay, que entre que es argentino y te cuenta la vida contando cuentos ha conquistado mi corazón.
Narra en un capítulo el protagonista a su psicóanalista que se encuentra a disgusto, no está satisfecho, siente el alma intranquila, a pesar de que le va bien con su novia, le va bien con su familia, le va bien en los estudios, le va bien en el trabajo.
Parece que nos pasa lo mismo a los dos, hemos resuelto nuestros problemas, los importantes y buscamos algo más, nos sentimos intranquilos estando tranquilos, nos falta la sonrisa que ponemos al mal tiempo y no tenemos buena cara para la vida sin más. Nos falta el reto de enfrentarnos a algo, algo que nos ponga las pilas.
Obviamente el Gordo le dice que sí es tonto, no tiene problemas y los tiene que buscar para sentirse bien. Ya os buscaré el cuento que propone Jorge para darse cuenta de estas cosas y no llegar a estos extremos, ya veís que mi lectura no ha sido todo lo atenta que debería.
Lo peor, no es sólo como te sientes frente a la vida, es que los demás procuran que te sientas bien, y cómo no lo consigues, todavía te sientes peor, por ellos y por tí.
No creo que pase nada extraño, en unos días volveré a mi histerismo habitual y me volverá la sonrisa...espero.
Un beso.
1 Sonrisas:
xDDD Que buena la ultima frase de la respuesta de Q.
La libertad de uno acaba donde empieza la del resto dicen...pero eso hay que verlo.
Es la típica época de crisis de identidad entre final de primavera y principio de verano
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