El título está al final...
Tanto tiempo juntos que ya casi ni me acordaba cómo empezó todo entre nosotros.
Recuerdo los primeros escarceos, escondidos para que no nos vieran los mayores. Qué si ahora no, que si ahora sí. Aquel tira y afloja, yo intentando no caer bajo tu influencia, pero tu gran atractivo acabó con toda mi resistencia.
Así dimos por formal nuestra relación. Ya éramos dos en uno, siempre estabas ahí. Sí celebraba, tú estabas ahí; sí las lágrimas llegaban a mi rostro, no estaba sola, ahí estabas tú; sí hacia frío, ahí estabas tú para arroparme; sí el calor apretaba, tú me aflojabas la cuerda; sí por un casual tú no estabas, yo te buscaba arriba y abajo, llegaba hasta lo impensable, hasta encontrarte, lo que fuera necesario.
Fue pasando el tiempo. Tú cada vez más amoroso conmigo, y yo cada día deseando más de ti. Hasta que un día comencé a notar algo extraño dentro de mí, algo no estaba bien. Lo dejé pasar no quise darle importancia. -"Le pasa a todo el mundo"- me decía a mí misma.
Pero cuando quise darme cuenta, la situación entre nosotros era insostenible. Todo el mundo me lo decía: -"Déjalo, qué va a terminar contigo"-, -"olvídate de él"-, -"hazlo por los tuyos"-...
Tuve que pararme a pensar, tenía que decidir, y al fin lo conseguí, me decidí. Te eché de mi vida, pero no creas que me ha resultado fácil.
Recuerdo el primer día sin ti, daba igual donde mirase, allí te veía a ti. Después de un dulce café me llegaba tu aroma. En el restaurante, entre plato y plato no podía dejar de pensar en ti. En el pub, miraba hacia la barra y te veía ahí, giraba hacia el espejo, ahí estabas tú. Aparecías hasta en mis sueños, mi vida era tuya, no podía librarme de ti.
Tú insistías, me llamabas una y otra vez, tirabas de mí, giraba la cabeza y ahí estabas otra vez, no conseguía echarte de mi vida.
Estuve a punto de renunciar, tú me ibas a ganar la partida, y yo caería de nuevo entre mis brazos.
Pero no, debía ser fuerte y no volver a ti. Había pasado los peores momentos de nuestra separación y ya me había dado cuenta de todo. Me alegraba sin ti, lloraba y no me hacías falta tú, no me quitabas ni el frío ni el calor y ni siquiera ponías en mí una dulce mirada hacia tu recuerdo.
Parecía despertar de un sueño.
-"Otra vez tú"-.
-"Siempre nos quedará Paris"-
-"Qué va, te equivocas de película"-.-"Sayorana, Baby"-.
Mi tabaco y yo...
Un beso.
Recuerdo los primeros escarceos, escondidos para que no nos vieran los mayores. Qué si ahora no, que si ahora sí. Aquel tira y afloja, yo intentando no caer bajo tu influencia, pero tu gran atractivo acabó con toda mi resistencia.
Así dimos por formal nuestra relación. Ya éramos dos en uno, siempre estabas ahí. Sí celebraba, tú estabas ahí; sí las lágrimas llegaban a mi rostro, no estaba sola, ahí estabas tú; sí hacia frío, ahí estabas tú para arroparme; sí el calor apretaba, tú me aflojabas la cuerda; sí por un casual tú no estabas, yo te buscaba arriba y abajo, llegaba hasta lo impensable, hasta encontrarte, lo que fuera necesario.
Fue pasando el tiempo. Tú cada vez más amoroso conmigo, y yo cada día deseando más de ti. Hasta que un día comencé a notar algo extraño dentro de mí, algo no estaba bien. Lo dejé pasar no quise darle importancia. -"Le pasa a todo el mundo"- me decía a mí misma.
Pero cuando quise darme cuenta, la situación entre nosotros era insostenible. Todo el mundo me lo decía: -"Déjalo, qué va a terminar contigo"-, -"olvídate de él"-, -"hazlo por los tuyos"-...
Tuve que pararme a pensar, tenía que decidir, y al fin lo conseguí, me decidí. Te eché de mi vida, pero no creas que me ha resultado fácil.
Recuerdo el primer día sin ti, daba igual donde mirase, allí te veía a ti. Después de un dulce café me llegaba tu aroma. En el restaurante, entre plato y plato no podía dejar de pensar en ti. En el pub, miraba hacia la barra y te veía ahí, giraba hacia el espejo, ahí estabas tú. Aparecías hasta en mis sueños, mi vida era tuya, no podía librarme de ti.
Tú insistías, me llamabas una y otra vez, tirabas de mí, giraba la cabeza y ahí estabas otra vez, no conseguía echarte de mi vida.
Estuve a punto de renunciar, tú me ibas a ganar la partida, y yo caería de nuevo entre mis brazos.
Pero no, debía ser fuerte y no volver a ti. Había pasado los peores momentos de nuestra separación y ya me había dado cuenta de todo. Me alegraba sin ti, lloraba y no me hacías falta tú, no me quitabas ni el frío ni el calor y ni siquiera ponías en mí una dulce mirada hacia tu recuerdo.
Parecía despertar de un sueño.
-"Otra vez tú"-.
-"Siempre nos quedará Paris"-
-"Qué va, te equivocas de película"-.-"Sayorana, Baby"-.
Mi tabaco y yo...
Un beso.
compartido por Miada sobre las
12:55 p. m.
10 Sonrisas:
Tu salud, tus hijas, los que te rodean todos salen ganando y tú cuando te acostumbres y calmes el "mono" inicial tbn...besos
Es un camino tediosos pero merece la pena ¿O no?...
Besitos!
Chulísimo. Enhorabuena por una de las mejores decisiones que has tomado en tu vida. Animo
Yo tambien he vivido ese idilio, y la ruptura, y reconciliaciones, y nuevos abadonos. Ahora mismo le estoy echando de menos, pero es una historia acabada.
Enhorabuena por la decisión y por el post :)
Un beso.
Vamos, fuerza... es el bajón del octavo día, nada más.
Hermoso post.
Ains...dentro de poco yo me enfrentaré a ello...:S
Gracias por darme animos! Ya te ire contando que tal va...pero...ains...
ajajja
Besitos
Ya te lo había adivinado, eh... suerte de parte de uno que fumaba mucho hace 4 años y que todavía se muere por un fiti.
Gracias a todos por los ánimos...
Bienvenidas Cazadora y Yo...
Flaco, cuatro años y todavía...jo
Un beso.
Tabaco malo, tabaco caca,
el tabaco es un camelo.
¡Una vez besé a una mujer que fumaba
y me supo a cenicero!
(No se moleste nadie, lo digo para animar a Miada, ¿eh?)
me ha gustado mucho. Él siempre estará en mi vida, forma parte de mi, que le vamos hacer.
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