Aquellos maravillosos años...
Tengo un enorme baúl lleno de recuerdos navideños, de buenos recuerdos y alguno no tan bueno. Pero todos ayudan a formar esa imagen tan idealista de la Navidad que yo tengo.
Son tantos que ni siquiera tengo que cerrar los ojos para recordar, de forma inconsciente viene la sonrisa a mi boca, no lo puedo evitar.
Recuerdo de muy chiquitita las horas y horas que pasaba jugando con mi vecina M.. En su casa la Navidad comenzaba antes que en todas las demás. Recuerdo un hermoso y gran Belén, todos los años con musgo natural, río de papel de aluminio y lleno de figuritas maravillosas.
Pegaban en la puerta principal todas las postales navideñas que habían ido recibiendo año tras año, y nosotras jugábamos al veo veo con ellas todas las tardes.
Llegaba la Nochebuena, el día más importante en la familia. Siempre esperábamos a que llegase mi hermana para cenar. Algún año no llegó y recuerdo el enfado de mi padre, para él en ese momento terminaban las Navidades, no se daba cuenta de que el resto estábamos ahí.
Recuerdo a mi madre haciendo una fuente enorme de torrijas, las mejores que he comido en mi vida, sin ninguna duda. Sopa de lluvia y pollo guisado. Ese era el menú de mis primeras navidades. Años después debió mejorar la economía en casa y se pasó a la sopa de pescado.
Para mí eran momentos muy especiales, en cuanto llegaba mi hermana a casa todo era fiesta. Todo cambiaba en casa, bueno todo no, pero todos tenían otra cara. Ella venía a poner la guinda del pastel, como aquel año que decorando con guindas un pastel de mi madre casi nos quedamos sin él. El espacio no daba para más, había colocado las guindas con las siglas de Feliz Navidad y más rápido que el rayo lo cambió por Navidad Feliz, a mí no me sonaba bien, pero era lo que había entonces.
Así fueron pasando los años y llegaron las Navidades más tristes, mi hermana no podía venir, y la verdad es que no es lo mismo cuando alguien de tu familia falta a tu mesa.
Con el tiempo la mesa se agrandó, aumentamos la familia y nos juntamos con la familia del susodicho. Mi madre ya sólo se encargaba de sus torrijas, no podía pasar sin ellas, casi que se las comía ella todas, alguna de prueba y poco más nos llegaba a los demás.
Esas cenas, siempre con alguna pelea entre nosotras, algún tirón de orejas, el vino por el mantel, la sidra insoportable y todos rumiando turrón.
Todos esos recuerdos vienen a mi mente y me ayudan a sonreír, a mirar a mis enanas con ilusión, por ellas y por mí, a no sentir tanto la falta de esas torrijas y a soñar cómo si fuese niña y fueran mis primeras Navidades.
Un beso.
13 Sonrisas:
Curiosa casualidad que el último de mis posts tenga el mismo título que el tuyo y que hablemos del pasado, aunque cada una de uno distinto.
Espero que disfrutes de estas Navidades como lo hacías en aquellos años...
Veo, veo... ;-)
Pues recuerdo que a mi siempre me entristecía que faltase alguno de mis tíos. No entendía qué podía haber más importante que estar en Nochevieja en aquella mesa.
Este año será mi silla la que esté vacía. Esta nochevieja la paso con mis amigos en Jaca. Supongo que ahora serán mis primos quienes se pregunten qué habrá podido pasarme para que no vaya...
Al mencionar el belén con rio de aluminio me has hecho recordar el que se ponía siempre en mi casa. Un belén que a mi me parecía gigantesco y que era el objetivo de todas nuestras travesuras. Mi madre también hace unas torrijas que te mueres.
Un beso.
Cuantos maravillosos recuerdos!!! la navidad es estupenda cuando eres pequeño...
un besito sabor turron
Sula... qué ves!!!... Igual te deseo para ti...
Flaco, no lo dudes, seguro que te echan de menos, y más siendo tú cómo eres...;)
Gabi, disfruta de esas torrijas por mí...
Anónima, bienvenida por aquí...Tu Navidad también puede ser estupenda... créeme...
Un beso.
Cuando era pequeño, eran fechas geniales siempre deseaba que llegasen para reunirnos todos los tíos/as primos/as y mis abuelos (familia materna todos) eramos como una piña y me lo pasaba genial.
Recuerdo que con 5 añitos o así mi abuela me dio coca cola y no me gusto y la escupí (pobre abuela mía)...desde entonces no la he vuelto a tomar claro.
Ahora las reuniones familiares se limitan al día de la mona y cada vez con más bajas...echo de menos aquellas Navidades ya no volverán a ser iguales por desgracia.
Espero con ansia probar de nuevo, este sábado, las torrijas de mi madre. Te ofrecería algunas, pero seguro que no compensarían las de tu infancia.
Un saludo.
Las navidades, en mi caso, antes eran mágicas... después se convirtieron en simples vacaciones... y ahora con la llegada de los niños de mi hermana en nuestras vidas, han recobrado su esencia...
La navidad es para los niños ¿no?
Me encanta la navidad. Creo que durante un tiempo me pasó como a ro y perdí la magia pero con mis niñas no he tardado en recuperarla.
Feliz navidad.
Los recuerdos al fin d cuentas, es lo maravilloso d vivir. Pq están ahí, afirmando tu paso por la vida.
Felices fiestas, Miada.
Besitos.
Los recuerdos llenan baúles, en ocasiones cd's, e incluso dvd's.
Para mí sobre todo llenan el corazón.
Tus recuerdos son bellos, salen de dentro, y adornarán seguro la mesa navideña.
Por cierto, acertadísima la foto... aquellos maravillosos años, Kevin, Winnie y Paul, qué alucinante!
Di
Gracias a todos por pasar por aquí, y así formar parte de mis nuevos recuerdos, un trocito de mi baúl es vuestro...;)
Felices Fiestas...
Un beso.
Te dejo una nueva sonrisa en tu baúl y también una pequeña lagrimita.
Buy Monito.
Ya nada serácomo era pero no tiene porque ser peor, aunque tampoco mejor.
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