viernes, junio 03, 2005

Toda su vida...

Se conocieron por casualidad, en seguida ella le llamó la atención.

Buscó y rebuscó, no tenía claro que le atraía hacie ella. Se dió cuenta de que tenía algo especial, fijándose en sus cejas, no como los demás que nos fijamos en los ojos.

Eso les unió más que lo que podía unirles sus miradas, sus guiños, sus sonrisas.

Esas cejas, expresaban todo, cuándo jovenes expresaban belleza, lozanía, frescura. También dejaban un pasillo largo y oscuro por el que mostraban la tristeza, la frustación, el dolor, pero todo con el fondo negro de su dulzura.

Los años pasaron para todos, mientras ellos seguían juntos, sus cejas seguían arqueándose cuando él aparecía. Sí, eran más ásperas, más fuertes, hasta con alguna cana, pero ese brillo seguía viviendo en su espesura.

Sí tienes la suerte de arquear la mirada de alguien tienes asegurado su corazón...

¿Qué más podía pedir a su vida?

Un beso.

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