Con tu permiso...
Me permito reproducir aquí, con su permiso, por supuesto, un mezcla de historia, leyenda, autoanálisis, qué sé yo, escrito en el foro ACB por Gonzalo Vázquez... Espero que os guste y os animéis a participar...
El hombre que lo podía todo...
...Entrada la noche, en esa diletante nada que a todos nos embriaga en el lecho antes de ser pasto del sueño, una luz te ilumina, una luz extraña, ajena, irreal, imposible, se hace de repente en la oscuridad de tu habitación. ¡No, no puede ser! No es un maldito sueño. Es real y ahí arriba la tienes, detenida, amenazante, delante mismo de tus ojos, unos ojos que en ese instante desearías no tener. Ya la has visto. Es demasiado tarde para evitarla y nada consigue ese infantil gesto de cubrir la manta un miedo infinito. Pero una voz, una voz dulce y melodiosa, media entonces desde tus entrañas. Esa voz te advierte:
-No temas.
Y nada temes. Y tampoco sabes cómo te has atrevido a descubrir la visión del divino absurdo que tienes delante, algo que definitivamente ha venido por ti y te ha despertado como por arte de magia la más lúcida paz que imaginarse pueda y… algo más, algo demasiado absoluto.
-Estoy aquí para concederte TRES DESEOS. Tres tan sólo. Piénsalo bien. Pero no te demores. Antes que te des cuenta, me habré ido para siempre.
De cómo has sido capaz de proferir palabra es algo que ignoras. Pero lo consigues. Tenías que conseguirlo. Esa súplica apenas consciente es lo único necesario antes del momento.
-Pu… puedo… ¿PEDIRLO TODO?
-Sí. Todo. En tres veces. Más vale que te apresures. Dime, ¿qué tres cosas deseas ver realizadas?
Toda tu vida, qué digo vida, cada uno de los átomos que te constituyen, tu memoria, tu entera existencia y la del universo mismo que ahora se posa en tus manos, se inflaman a un punto donde nada te distingue de Dios. Esto es algo que te aturde, pero no puedes esperar. Rápido, ¡hay que elegir! Toda tu conciencia se retuerce en un caos inabordable. Se te agolpan demasiadas cosas, demasiadas. ¿Qué hago? ¿pido para mí? Sí, pediré para mí. Pero no, no... ¿pido para el mundo? ¿para la humanidad? Será justo que lo haga. ¿Y mis seres queridos? ¿¡Qué!? Dios mío, ¿¡qué es lo que pido!?
Si quedamos más exactamente definidos por nuestros ideales que por nuestras realidades, quisiera saber cuáles son esas tres peticiones que en vuestra más profunda intimidad haríais completamente libres. Contáis además con una suprema ventaja sobre el protagonista. El tiempo.
Es bonito poder expresarlo con sinceridad. Nada mejor para conocerse uno mismo que explorar nuestros extremos. Aquí no prima nada. Sólo un fascinante ejercicio entre el más elevado humanismo y los delirios de grandeza que nuestra vida cotidiana y sus cercanas miserias se empeñan en sepultar. Venga, ¿quién se anima? Os aseguro que no hay mejor radiografía que la que vosotros mismos hagáis a través de estos tres Dones Divinos. Por un momento atreveos a ser El hombre que lo podía Todo.
Un beso.
El hombre que lo podía todo...
...Entrada la noche, en esa diletante nada que a todos nos embriaga en el lecho antes de ser pasto del sueño, una luz te ilumina, una luz extraña, ajena, irreal, imposible, se hace de repente en la oscuridad de tu habitación. ¡No, no puede ser! No es un maldito sueño. Es real y ahí arriba la tienes, detenida, amenazante, delante mismo de tus ojos, unos ojos que en ese instante desearías no tener. Ya la has visto. Es demasiado tarde para evitarla y nada consigue ese infantil gesto de cubrir la manta un miedo infinito. Pero una voz, una voz dulce y melodiosa, media entonces desde tus entrañas. Esa voz te advierte:
-No temas.
Y nada temes. Y tampoco sabes cómo te has atrevido a descubrir la visión del divino absurdo que tienes delante, algo que definitivamente ha venido por ti y te ha despertado como por arte de magia la más lúcida paz que imaginarse pueda y… algo más, algo demasiado absoluto.
-Estoy aquí para concederte TRES DESEOS. Tres tan sólo. Piénsalo bien. Pero no te demores. Antes que te des cuenta, me habré ido para siempre.
De cómo has sido capaz de proferir palabra es algo que ignoras. Pero lo consigues. Tenías que conseguirlo. Esa súplica apenas consciente es lo único necesario antes del momento.
-Pu… puedo… ¿PEDIRLO TODO?
-Sí. Todo. En tres veces. Más vale que te apresures. Dime, ¿qué tres cosas deseas ver realizadas?
Toda tu vida, qué digo vida, cada uno de los átomos que te constituyen, tu memoria, tu entera existencia y la del universo mismo que ahora se posa en tus manos, se inflaman a un punto donde nada te distingue de Dios. Esto es algo que te aturde, pero no puedes esperar. Rápido, ¡hay que elegir! Toda tu conciencia se retuerce en un caos inabordable. Se te agolpan demasiadas cosas, demasiadas. ¿Qué hago? ¿pido para mí? Sí, pediré para mí. Pero no, no... ¿pido para el mundo? ¿para la humanidad? Será justo que lo haga. ¿Y mis seres queridos? ¿¡Qué!? Dios mío, ¿¡qué es lo que pido!?
Si quedamos más exactamente definidos por nuestros ideales que por nuestras realidades, quisiera saber cuáles son esas tres peticiones que en vuestra más profunda intimidad haríais completamente libres. Contáis además con una suprema ventaja sobre el protagonista. El tiempo.
Es bonito poder expresarlo con sinceridad. Nada mejor para conocerse uno mismo que explorar nuestros extremos. Aquí no prima nada. Sólo un fascinante ejercicio entre el más elevado humanismo y los delirios de grandeza que nuestra vida cotidiana y sus cercanas miserias se empeñan en sepultar. Venga, ¿quién se anima? Os aseguro que no hay mejor radiografía que la que vosotros mismos hagáis a través de estos tres Dones Divinos. Por un momento atreveos a ser El hombre que lo podía Todo.
Un beso.
9 Sonrisas:
¡Yo me atrevo!
¿Esto de Gonzalo es reciente? No me suena, así que imagino que tiene ya algún tiempo. Sobre todo porque, por desgracia, las apariciones de Gonzalo en el foro cada vez son más esporádicas. Como la de muchos de esos otros participantes que nos engancharon al foro. Una pena. Si tienes el enlace, te agradecería que lo pusieras para ver en qué derivó todo esto.
En cuanto al relato de G, siempre he pensado que, si un Genio me pusiese en semejante tesitura, mi decisión se resumiría en un solo deseo: cumplir cuantos deseos desease.
Saludos.
PD: Helena, me gustaría preguntarte una cosa, si no es mucha indiscreción. Me he dado cuenta de que en el blog de Dani firmas con la página http://www.sinweb.com en el campo destinado a la página personal de quien comenta. ¿Puedo preguntar por qué?
Ahí va el link... http://foros.acb.com/viewtopic.php?t=97396
He tenido la prudencia de no leer mi respuesta de entonces para poder compararla con mi respuesta actual, veremos por donde avanzo.
Cierto, tanto en el blog de Diana como en el de Dani firmo con mi nombre, Helena, lo que no sabía es que salía la web visible...
Esto viene de atrás... No recuerdo a que forero leí que en su casilla de web ponía sinpasta.com, así de su idea vino la mía, todavía no tenía blog así que no tenía ninguna web, y puse esa. Luego continue siempre igual, no sé, uno tiene la idea de que a los amigos no hace falta darles tu dirección, ya saben donde estás...
P.D. una respuesta políticamente correcta la tuya...;)
Un beso.
Pues yo hace tiempo que hice mi petición, en un época en la que estaba muy motivado espiritualmente.
Como en un sueño, que era más que un sueño, alguien o algo, me formuló esa pregunta, en mi caso era un único deseo.
Sabes que pedí, en mi cuasi-incosciente, estado de una consciencia más completa que la vigilia? Pues pedí LA GRACIA, LA GRACIA DIVINA, concreté. Creo que hasta me ha sido concedida, dentro de las limitaciones de este mundo material. Muchas veces me he preguntado, porqué pedí eso precisamente. Y creo que es lo mejor que pude pedir.
Así que Gracia para todos, gratuita, y no humana, Divina, que puede que vaya en contra de los,mis, intereses mundanos y humanos, pero a larga y por siempre es lo mejor. Besos, y gracia para tí, y los tuyos.
Demasiado díficil jajajjajaa.
Aunque quizás con uno, apreciar bien todo lo que tengo, bastaría.
Muy bonito blog.
saludos
Salud para todo el mundo.
Amor mutuo
Y poder pedir otros tres deseos
muy bonito
:)
Helena, bien es cierto que tus amigos deben saber dónde encontrarte. Pero no es menos cierto -y con esta frase me está entrando complejo de abogado de serie americana- que puede que a alguien que no lo sea le despierte la curiosidad alguno de los comentarios que viertas por ahí. Te lo digo porque me ha pasado a mí en varias ocasiones con algunos de los que participan en los blogs que leo.
En cuanto a tu valoración sobre mi respuesta, no creo que sea corrección política. Más bien se puede catalogar como pocas ganas de mojarse, pero, sobre todo, es algo que realmente he pensado desde siempre respecto al cuento de Aladino y demás genios concededores de deseos. Eso sí, pasando primero por la fase que apunta más arriba Carlos Martínez (la de pedir tres deseos más).
Comprenderás que tamaña decisión ha de ser producto de profundas, serenas y sosegadas reflexiones, por lo que no debe responderse a la ligera. En cualquier caso, intentaré pensármelo y darte una respuesta más adelante.
Nos leemos.
Gracias a todos, dobles gracias a ti Luis...
A mí me cuesta mucho escoger tres deseos, no porque en mi cabeza existan un montón, al contrario...
1- Salud para mi familia.
2- Mantener mi relación de pareja hacia el futuro
3- Qué todo el mundo pueda tener sus tres deseos...
Un beso.
Yo pediría:
1. Salud para mí.
2. Salud para los míos.
3. Dado que el dinero es poder, tener el poder de repartir dinero a quien quisiera, menos a mí.
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