Pequeño deseo...

Una noche de estas, zapeando (vaya palabro), mientras intentaba ver en la tele la camiseta de la Gimnástica de Torrelavega, sí Lolo, colamos publicidad subliminal cada vez que podemos, me encontré con algo que llamó mi atención.

Estaban en ese concurso de la tele, Mira quién baila, hablaba la presentadora con uno de los concursantes, no recuerdo con cual, le preguntaba para que ONG iba a ir destinado su premio, Pequeño deseo contestó éste.

A todos nos tocan la fibra sensible casi cualquier ONG, pero en especial cualquiera que se dedique a la infancia, seguro que haces lo mismo que yo, viendo la tele, cuando aparece un anuncio de cualquiera de ellas, cambias de canal.

Es difícil ver esas imágenes, no hacer nada, y quedarte tranquilo. Es más fácil cambiar a otro canal y seguir con tu vida, como si todo ese mundo no fuera el tuyo.

Es difícil dormir tranquilo teniendo algo de todo esto en la cabeza. Ellos lo saben, y nos dejan dormir en paz, no suelen emitir estos anuncios por la noche. Suelen ir unidos a los informativos, antes o después, cuestiones de audiencia, debe ser que piensan que las personas que buscan información están más concienciadas que los demás.

Yo no estoy asociada a ninguna de ellas, algunas me gustan otras no, probablemente me baso en su ideología más que en sus hechos, pero no lo puedo evitar. Sin embargo, soy de las que caen en cada catástrofe, caigo sólo un poco, es cierto, pero al menos intento limpiar mi conciencia dando un poquito de lo mío para ellos.

Busqué detalles de esta asociación, y ya lo podéis ver en su web, podéis ver las imágenes de los niños cumpliendo su deseo, la mayoría conociendo a sus deportistas preferidos, héroes para ellos, disfrutando en Disney o con un ordenador.

Qué fácil y simple puede ser encontrar su sonrisa por un rato. Y ese es el gran problema, sólo será por un tiempo.

Entiendo la gran diferencia entre último deseo y pequeño deseo, ellos no pueden pedir lo que realmente desean, su vida no puede ser su deseo, sólo pueden pedir que les devuelvan la sonrisa por un rato.

Yo, llego hasta donde puedo, mejor dicho hasta donde mis posibilidades económicas me dejan, nada más que una colaboración, pequeña, pero que seguro conseguirá una gran sonrisa...

¿Y tú...?

Un beso.