De todo y de nada...
De todo...
Estaba esta mañana fregando los platos, aún intentando despertarme y pensando en encontrar un momento para poder escribir aquí. Mientras el agua fría me iba despejando llegaban un montón de ideas para escribir. Eran tantas las cosas que poder contar y tantas las ganas de hacerlo que a una le entraban ganas de dejarlo todo y conectarse a este aparatito y aprovechar el momento.
Os hubiera contado mi verano en Londres, le recuerdo como uno de los mejores veranos de mi vida, me vino a la cabeza al pensar que volveré, por fin lo he conseguido, en diciembre volveré allí, esta vez no iré sola, iremos todos, y cuando digo todos quiero decir mi familia y alguno más.
Recordaba la charla de anoche con Q., comentándole de uno de mis blogs favoritos, mujergorda, grandes momentos he pasado y sigo pasando yo con Mirta, increíble esta mujer, cuanta fuerza te puede llegar a dar. Ella tiene la oportunidad de llevar su blog a papel, una editorial española se lo quiere publicar, pero ha decidido no hacerlo por su esposo que se muestra en contra de ello.
Pasaba por mi cabeza el año anterior a mi viaje a Londres, mi madre y sus circunstancias, mi egoísmo al marchar y el despertar de mi padre ante mi falta. Aquello nos sirvió a todos al final, ella siguió estando zombie una buena temporada, pero al menos mi padre dejo de serlo.
Pensaba en el día de hoy, El Milagro, día muy importante en la vida de mi madre, recuerdo de niña acompañándola a la misa de este día, mi padre no podía o más bien no quería y desde que pudo me hacia a mi sufrir con ella. Lo que hoy no serían más que 10 minutos en coche en aquellos años era un paseo que nos llevaba toda la mañana. Cómo cambian las distancias con los años, incluso unos años después yo hacia ese trayecto andando para ir al instituto y era mucho más corto. Los años te hacen ver las cosas más cerca y más pequeñas, quizás hasta menos importante.
Me daba prisa en terminar, es jueves y aquí hay mercado en este día, es decir como salgas 5 minutos más tarde de casa no llegas a tiempo, todo el mundo está en la carretera y además hoy empezaban los coles, o sea, cientos de padres con sus coches estorbando, pero al final pasa lo de todos los jueves, a toda velocidad y sin tomar un cafetito antes de entrar.
Dejo a las fieras en la guardería, hoy se quedan a dormir, bueno A. ya no duerme la siesta, ya es mayor, al menos eso dice ella y se lo cree, no sabe todo lo que la espera de aquí a que sea mayor y casi mejor que no lo sepa, que siga pensando que lo es y disfrutando de no serlo.
Llego a la oficina y me encuentro sola, no pasa nada, una se acostumbra a estas cosas y hasta vienen bien cuando el trabajo no me supera, aunque precisamente estas dos primeras semanas de septiembre son de lo peor del año, y entre el trabajo, terminar de cerrar los detalles de mis vacaciones y escribir por aquí se me va la mañana.
Me queda comentaros que mi hermana se me adapta a las nuevas tecnologías, ha comprado aparatito de estos, así que un poco de suerte en poco tiempo la tengo posteando por aquí y lo que sería mejor blogueando en el suyo.
Todo esto en un ratito de todo y de nada, de todo pasa en mi vida y de nada es una de mis frases más usadas. Soy una explotadora del perdón, gracias y de nada, me resulta imposible librarme de estas palabras, lo he intentado muchas veces, no soy una persona muy educada verbalmente, es decir uso a diario bastantes tacos en mi vocabulario, pero esas coletillas son imprescindibles en mi boca. No sé por que tantas veces he querido que desaparezcan, quizás me resulta cursi tanto agradecimiento y disculpa, pero no, no los voy a quitar de mi vida, por una sencilla razón, cuando lo digo, lo siento...
De nada...
Un beso.
Estaba esta mañana fregando los platos, aún intentando despertarme y pensando en encontrar un momento para poder escribir aquí. Mientras el agua fría me iba despejando llegaban un montón de ideas para escribir. Eran tantas las cosas que poder contar y tantas las ganas de hacerlo que a una le entraban ganas de dejarlo todo y conectarse a este aparatito y aprovechar el momento.
Os hubiera contado mi verano en Londres, le recuerdo como uno de los mejores veranos de mi vida, me vino a la cabeza al pensar que volveré, por fin lo he conseguido, en diciembre volveré allí, esta vez no iré sola, iremos todos, y cuando digo todos quiero decir mi familia y alguno más.
Recordaba la charla de anoche con Q., comentándole de uno de mis blogs favoritos, mujergorda, grandes momentos he pasado y sigo pasando yo con Mirta, increíble esta mujer, cuanta fuerza te puede llegar a dar. Ella tiene la oportunidad de llevar su blog a papel, una editorial española se lo quiere publicar, pero ha decidido no hacerlo por su esposo que se muestra en contra de ello.
Pasaba por mi cabeza el año anterior a mi viaje a Londres, mi madre y sus circunstancias, mi egoísmo al marchar y el despertar de mi padre ante mi falta. Aquello nos sirvió a todos al final, ella siguió estando zombie una buena temporada, pero al menos mi padre dejo de serlo.
Pensaba en el día de hoy, El Milagro, día muy importante en la vida de mi madre, recuerdo de niña acompañándola a la misa de este día, mi padre no podía o más bien no quería y desde que pudo me hacia a mi sufrir con ella. Lo que hoy no serían más que 10 minutos en coche en aquellos años era un paseo que nos llevaba toda la mañana. Cómo cambian las distancias con los años, incluso unos años después yo hacia ese trayecto andando para ir al instituto y era mucho más corto. Los años te hacen ver las cosas más cerca y más pequeñas, quizás hasta menos importante.
Me daba prisa en terminar, es jueves y aquí hay mercado en este día, es decir como salgas 5 minutos más tarde de casa no llegas a tiempo, todo el mundo está en la carretera y además hoy empezaban los coles, o sea, cientos de padres con sus coches estorbando, pero al final pasa lo de todos los jueves, a toda velocidad y sin tomar un cafetito antes de entrar.
Dejo a las fieras en la guardería, hoy se quedan a dormir, bueno A. ya no duerme la siesta, ya es mayor, al menos eso dice ella y se lo cree, no sabe todo lo que la espera de aquí a que sea mayor y casi mejor que no lo sepa, que siga pensando que lo es y disfrutando de no serlo.
Llego a la oficina y me encuentro sola, no pasa nada, una se acostumbra a estas cosas y hasta vienen bien cuando el trabajo no me supera, aunque precisamente estas dos primeras semanas de septiembre son de lo peor del año, y entre el trabajo, terminar de cerrar los detalles de mis vacaciones y escribir por aquí se me va la mañana.
Me queda comentaros que mi hermana se me adapta a las nuevas tecnologías, ha comprado aparatito de estos, así que un poco de suerte en poco tiempo la tengo posteando por aquí y lo que sería mejor blogueando en el suyo.
Todo esto en un ratito de todo y de nada, de todo pasa en mi vida y de nada es una de mis frases más usadas. Soy una explotadora del perdón, gracias y de nada, me resulta imposible librarme de estas palabras, lo he intentado muchas veces, no soy una persona muy educada verbalmente, es decir uso a diario bastantes tacos en mi vocabulario, pero esas coletillas son imprescindibles en mi boca. No sé por que tantas veces he querido que desaparezcan, quizás me resulta cursi tanto agradecimiento y disculpa, pero no, no los voy a quitar de mi vida, por una sencilla razón, cuando lo digo, lo siento...
De nada...
Un beso.
3 Sonrisas:
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Es decir, que tu blog favorito es el tuyo ;)
Al menos eso es lo que se deduce del link que has puesto a mujergorda.
Un beso.
Jo, soy mala y egocéntrica hasta para poner links...lo siento...voy a corregirlo y de paso te le recomiendo si es que no lo conocías...
Un beso.
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